¿Qué
sucede en tu cuerpo mientras experiencias el proceso
Bio-Espiritual
mediante el Focusing?
Dado que el desenvolvimiento de esta historia
es ilustrativo de lo que es el Enfoque Bio-Espiritual (Bio-Spiritual Focusing) ello me ha llevado a poner aquí, de manera sucinta, algunos (no
todos los) elementos implicados e implícitos[1] que se encuentran en esta y
en toda experiencia transformante. Al
decir implícitos, estoy afirmando que lo que surge al estar experienciado este
proceso no está ya formado, sino que es elaborado en el presente de manera que lo
que pareciera ser anecdótico o anómalo no sólo nos abarca a todos, sino que es el
proceso instaurado en la naturaleza humana que, en la actualidad, está dando
lugar a una ampliación de la Conciencia sin precedentes en la historia de la
humanidad, el cual nos lleva a experimentarnos como la conciencia de vivir, estar,
en Lo Más extenso, en Lo sin fin ni principio.
Por supuesto que esta presentación incluye mi
personal y respetuosa invitación a que experimentes en tu persona y en tu día a
día algo como lo que puede que estés por leer, experimentándote como lo está
haciendo ahora mismo un cada vez mayor caudal de seres humanos.
Así que, con mi más grande agradecimiento
para Miriam Mendoza, vayamos a la historia[2] (sugiero leerla completa antes
de ir a mis notas a pie de página).
Miriam, madre de una recién nacida, solicita
una cita médica conmigo para que atienda a su bebita. Al llegar, me consulta acerca
del problema de su hija de 28 días de vida el cual, se ha venido incrementando.
La tía materna de Miriam quien nos conectó y ahora las acompaña, trae en sus brazos
a la recién nacida.
Entre los antecedentes clínicos perinatales[3] está el que cuando Miriam
tenía 15 años, murió su hermana de 13 por anemia aplástica (su cuerpo no
producía elementos sanguíneos). Miriam se había casado cinco años atrás, pero
no había querido embarazarse; el embarazo vino aun trayendo implantado un
dispositivo intrauterino[4] (DIU).
La joven madre me dice, cuando le pregunto
por el motivo de la consulta: “Es que no
sé[5] qué le pasa a la niña doctor; si la cargo llora, si la visto llora, si la amamanto llora… ni
siquiera la he podido bañar, la baña mi mamá porque yo siento[6] las manos heladas, con un sudor frío, como con hielo por dentro;[7] como… ____[8] no sé.”[9] Mientras,
yo veo a la tía de Miriam con su sobrina nieta en sus bazos durmiendo
plácidamente. Al revisarla no encuentro nada anormal en ella por lo que le digo
a Miriam: “Señora, su hija
está sana, ¿siente[10] que
hay algo que le impide disfrutarla y aun bañarla?” Viéndome fijamente a los ojos y tocándose
con inquietud sus manos, instantáneamente me dice: “¡Sí doctor, mis manos!”[11]
Por mi contacto con el Enfoque Bio-Espiritual caigo en la cuenta de que la joven
madre ‘sabe’[12] que en la sensación que
tiene en sus manos está expresándose el problema existente entre ambas. Acorde
con ello, le digo que sé de un procedimiento que quizá le aclare qué es eso en
sus manos que le impide no sólo disfrutar,
sino aun bañar a su hija, y le
pregunto si estaría bien que lo lleváramos a cabo.[13] Me contesta que sí[14] y comenzamos el siguiente
ejercicio de Enfoque Bio-Espiritual en su forma corta.
Vea –le digo- si se siente
bien cerrar sus ojos para que no la distraiga nada de afuera. Asiente
instantáneamente[15] y al hacerlo, le pido que
vea si puede entrar a su cuerpo y desde dentro de él, contactar con eso en sus manos que tiene que ver con
el llanto de su hija al atenderla.[16]
Cierra sus ojos y detecto cierta inquietud. No
se trata –le hago saber- de buscar culpables ni explicaciones, tampoco de calmar,
minimizar ni de eliminar lo que siente, sino de quedarse unos momentos de manera respetuosa simplemente sintiendo
eso que está en sus manos. Tras uno a dos minutos,[17] súbitamente abre sus ojos
con sorpresa y angustia y los fija en los míos. Yo tranquilamente le digo que estoy
ahí con ella y que si para ella está bien, vuelva allí adentro.[18] Vuelve a cerrar sus ojos,[19] pero sigue tensa.[20] Entonces le pregunto si ha venido
algo, tal vez una palabra, una imagen, un color, un recuerdo… De inmediato me dice: “Sí, unas palabras: ‘Nunca vas a ser una buena mamá para tu hija’.
”[21] Aún sorprendido, le reflejo estas palabras de manera empática[22], al tiempo que le pregunto
si ellas se conectan con la sensación de sus manos antes referida y me contesta:
“¡Sí!”[23],
sin dudar.
Entonces le digo que vea cómo se siente todo esto[24] dentro de ella. En lágrimas y casi instantáneamente
me dice: “¡Muy triste!”[25] Le reflejo esas palabras desde mi propia sensación corporal sentida y,
al verla atribulada, serenamente le digo que está bien sentir eso
triste,[26] pues ella había vuelto a
abrir sus ojos como interrogándome y/o interrogándose si no sería mejor salir de
allí y dejar todo eso. Con decirle
que está bien sentir esa tristeza, vuelve a cerrarlos. Entonces le digo que vea
dónde[27] en su cuerpo se siente esto tan triste. Está
buscando ese lugar por unos cuantos segundos[28] y extendiendo su mano por todo su pecho me dice:
“Aquí”.[29] ‘Aquí’, le reflejo[30] y le digo que tal vez ese lugar triste
también esté necesitando[31] que le demos[32] una acogida respetuosa, delicada.[33]
Me contesta que lo intentará y poco después y
más tranquilamente, me hace saber que lo está haciendo. Le digo que vea si
puede quedarse ahí, esperando por si, como sus manos, ese lugar[34] también tiene algo que decirle,
tal vez con una imagen, un recuerdo, una palabra, otro sentimiento…[35] Casi instantáneamente, y con
un llanto que viene de muy adentro me dice entrecortadamente: “Es
un recuerdo…, es cuando estoy con mi hermanita en el hospital…, la tengo en
mis brazos, se está muriendo… estamos ella y
yo solas.”[36] Con el impacto que recibí al
escucharla se me humedecían los ojos.[37] Al preguntarle, desde la conexión
empática conmigo mismo a la vez que
con ella, ¿Cómo se siente todo esto?, contesta tras una breve pausa: “¡Con
mucho dolor!”[38]¿Dónde –le digo- en su
cuerpo está este grande dolor?[39] Se toma unos instantes y, con
el llanto fluyéndole posa delicadamente la punta de su dedo índice derecho y me
dice: “Aquí… en mi corazón.”[40]
Entonces le propongo que vayamos[41] a ese lugar transido de
dolor a darle nuestra presencia aceptante, amorosa, acogedora, tal y como lo
hicimos con la sensación de sus manos y con la de su pecho. Ella lo acepta. Le
digo que se tome todo el tiempo que necesite dale una presencia acogedora a su
corazón.
Permanece
con eso como unos tres o cuatro largos minutos[42] (su tía, que había salido con la bebita de mi
oficina, estaba inquieta, así que le hago la seña de que ya estamos por
concluir) y comienzo a ver algunos cambios en ella: su llanto ahora es
apacible, su semblante, de lívido, pasa a sonrosársele, su respiración antes
entrecortada se ha suavizado; su cuerpo luce relajado y toda ella tiene una
expresión como de alivio, de bienestar, de tranquilidad.[43] Entonces le digo que vea si hay algo más que necesite
ser atendido. Se toma un breve tiempo revisando interiormente y con una leve
sonrisa me dice que no, que: “¡Ya todo está bien!”[44]
Admirado, se lo reflejo y le pregunto si todo
esto que ha recibido ha dejado una sensación como de bienestar, de
agradecimiento… a lo que, insinuándosele una suave sonrisa, me responde “desde hace ratito he estado dando gracias
por todo lo que he vivido”.[45]
Entonces le digo que, suavemente, vaya abriendo
sus ojos. Lo hace como viniendo de un lugar muy profundo, como reconectándose
lentamente con el mundo exterior. Y ya que lo siento oportuno, habiendo
regresado de su experiencia interior,[46] concluimos el ejercicio.[47]
Al constatar
que se ha reconectando con el entorno, le pregunto: ¿Cómo se siente ahora,
Miriam? Busca palabras y como con una chispa de luz en su mirada, me contesta: “Con
ganas, doctor, de llegar a mi casa y bañar a mi hija”.[48] Se lo reflejo y le pregunto si siente que este
deseo proviene o se conecta con lo que acaba de vivir, y me dice “¡SÍ!”, sin dudarlo.[49] Yo simplemente le digo que ella decide si
está bien llevarlo a cabo.[50] Ya se imaginarán lo sorprendido, y la agradable
sensación de bienestar que me inundaba por dentro.[51]
Se van y a los 15 días regresan madre e hija
a consulta de control, pero ahora las acompaña la madre de Miriam. De inmediato
y, sin terminar de tomar asiento, la abuela de la pequeña me habla del cambio completo[52] que había visto en su hija al tiempo que me
dice que ella era quien tenía que bañar a la niña porque Miriam no podía
hacerlo. Le respondo que yo estaba enterado de ello. Entonces me dice: “Cuando
llegué del trabajo por la noche pregunté, ¿Ya está todo listo para bañar a la niña?, y qué cree doctor que
me respondió mi hija: Ya la bañé mamá.[53] ¡Yo no lo podía creer,
doctor!”, concluye la abuela. Entonces comenta candorosamente la joven madre: “Y ahora doctor, la niña llora, pero no
cuando la baño yo,[54] llora cuando la
baña mi mamá”.
La bebita no volvió a responder con llanto a
los cuidados de su madre y Miriam no tuvo más esa sensación de “frialdad” en sus manos. Tampoco volvió a
sentir que ‘nunca sería una buena mamá’. El asunto madre-hija[55] junto con la dolorosa historia
que Miriam había estado cargando por años, había sido resuelto[56] con solo atender su cuerpo y sus sentimientos durante unos cuantos minutos.
Miriam me pidió que la acompañara para
atender otros asuntos delicados mediante esta técnica/proceso entre tanto ella
aprendía y ponía en práctica los aprendizajes básicos de cómo atender los
asuntos complejos, detenidos, pero, fundamentalmente en cuanto a la manera de
estar presente a ella misma.
Tiempo después y tras varias consultas pediátricas
sucesivas chequeando el estado clínico, la buena evolución de la pequeña Karen
y la armoniosa interacción entre ambas, le pedí a Miriam su autorización para
compartir su experiencia a fin de ejemplificar lo que es el Enfoque
Bio-Espiritual. De inmediato ella me la otorgó.
Pasó el tiempo y en otra ocasión, después de
haberle pedido en otros momentos que por favor me pusiera por escrito lo que
había sucedido dentro de ella durante su ejercicio de Enfoque me contestó que
se le había dificultado terminarlo,[57] pero que me quería compartir
algo que le había ocurrido recientemente.
Asentí y me contó que, desde la muerte de su hermana, ni ella ni su madre
podían pasar frente al hospital donde la niña había muerto y que si no podían
evitar pasar por allí, por lo menos se cruzaban a la acera de enfrente.
Pero recientemente -me dijo- tuve a una prima
que es madre soltera, internada en un hospital gineco-obstétrico. Fuimos mi mamá
y yo a verla pues la noticia era que estaba gravísima y queríamos despedirnos
de ella antes del desenlace final. La Asistente nos dijo que estaba en la
Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y que sólo podía pasar a verla una sola persona.
Yo decidí entrar.[58] Como la buscaba visualmente y no la
encontraba, el médico me dijo, ¿a quién buscas? Le di el nombre de mi prima y
me dijo: “¡Es ella!” Teniéndola enfrente, no la reconocía pues estaba muy
pálida, hinchada, deforme, conectada a muchos tubos y rodeada de aparatos. El
médico me dijo: “Habla con ella”. Yo no sabía si hacerle caso o no, porque me
parecía o que se estaba muriendo o que ya estaba muerta. Al acercarme a ella me
di cuenta de que respiraba (estaba intubada). Mientras le decía que era Miriam
y que había ido a visitarla, saque mi cepillo, comencé a cepillarle su pelo[59] y le hablaba de cuando jugábamos y hacíamos
muchas cosas juntas, de nuestras travesuras, de cuánto nos divertíamos. También
le decía que, aunque mi familia no estaba de acuerdo con su manera de vivir, yo
la quería; que su hija de tres años la necesitaba, y que, de verdad, yo quería
que viviera… Y cuando me di cuenta, doctor, le estaba escurriendo una lágrima[60] por aquí, -me dijo M-
señalándome la comisura externa palpebral derecha.[61] Al escuchar a M se me rasaban los ojos. Ella
continuó: Cuando salí de mi visita a mi prima, ya mi mamá no estaba, no había
soportado ni siquiera permanecer en la sala de espera del hospital.[62]
Su prima rápidamente se recuperó. Al
preguntarle a Miriam si la manera como había estado con su prima en tan crítico
estado, tenía que ver con la ternura y el afecto que ella le había dado a sus
propios asuntos, me dijo que precisamente quería compartirme que la manera tan cercana
como se había sentido acompañada y sostenida durante sus ejercicios de Enfoque
la llevó a tratar de la misma manera a su prima.
Entonces le dije: yo creo que lo que hiciste
libró de morir a tu prima. Con sencillez, ella me confió que al recuperarse y
salir del hospital su prima le había dicho exactamente lo mismo, que ya había
tomado la decisión de morir pues ya nada ni nadie, incluida su hija, le
importaba, pero que cuando Miriam estuvo con ella, al escucharla, veía que un Anciano
de luenga barba vestido con una luminosa y blanca túnica[63] amorosamente le decía, en la
voz de ella (de Miriam) lo que Miriam le estaba diciendo, incluso su prima le
dijo ‘yo sabía que eras tú quien me hablaba, pero era ese amoroso personaje el
que me lo decía’,[64] y que eso que recibió y la
manera como se le dijo, la llevó a tomar la decisión[65] de
volver a querer vivir.[66]
Lo más impresionante es que esa decisión de
su prima ocurrió cuando estaba en estado de shock
séptico (un alto porcentaje de las mujeres que se infectan tras un aborto inducido,
mueren en estado de septicemia) es
decir, sin una adecuada perfusión
sanguínea de su cerebro, lo que teóricamente impide tomar una decisión como la
de decidir volver a querer vivir. En estas condiciones, ella llegó, como lo
hacen muchas personas que viven una experiencia cercana a la muerte, a tomar esa
trascendental decisión que consiste en optar por la vida[67] y por una diferente y
transformada manera de vivirla.[68]
Tiempo después Miriam pudo poner por escrito
su experiencia y me la dio para compartirla, lo cual ahora hago para ustedes
con todo mi agradecimiento para ella.
Si lo relatado como mi experiencia al
acompañar a Miriam en su proceso puede ser sorprendente, en su escrito ella
comparte algo del proceso interior, corporal, que le dio salud a ella, a su
hijita, a la relación entre ellas, a su prima con su hijita, etcétera. Espero
que todo lo anterior y lo que sigue, llegue a ser una invitación a tener tus
propias experiencias mediante la técnica/proceso del Enfoque Bio-Espiritual.
Miriam describe así el desenvolvimiento del proceso experiencial corporal, y los
efectos en su vida, en sus relaciones familiares e interpersonales; efectos positivos
que le siguen fluyendo hasta el día de hoy:
Al comenzar el
ejercicio de Enfoque, enfrento el enorme monstruo que es el miedo.[69] A partir de haber tenido esta experiencia, el cambio en mi vida fue
completo. Y no solamente cambió la mía, sino también la de mi familia.
Antes, yo sentía
que la vida no tenía sentido.[70] Había perdido a mi hermana. Mi madre había
sido madre soltera y yo tenía que cuidar de mis hermanos y de mi casa.
Estaba falta de
cariño. Toda mi vida no habían sido más que puras responsabilidades. Tenía
miedo de casarme y de tener mi propia familia.
Era una persona
que no sabía expresar lo que sentía. Me daba miedo querer y no sabía cómo
tratar a las personas.[71] Cuando me casé empezaron los problemas.
Uno entra al Enfoque
y empieza a sentir incertidumbre por lo que comienza a descubrir, pero poco a poco vas dándote cuenta
que es maravilloso lo que encuentras y lo bien que se siente estar ahí. Empiezas
y es todo oscuro, negro. Es como un cuarto en tinieblas y sólo después de tanta
oscuridad y soledad, a lo lejos se ve un punto de luz.[72] Te acercas a ese punto, pero cuesta mucho llegar hasta allí.[73] Se hace eterno el llegar a alcanzarlo.
Al llegar ahí vi
una luz[74] y una niña llorando de tristeza, miedo, soledad. No sabía esa niña
para dónde ir. Al acercarme[75] a ella comenzaron a moverse todos mis recuerdos; sobre todo los más
tristes que había vivido.[76] Todos eran acerca de la niña. Hubo un momento en que yo quería salir
de allí.[77] Quería irme y dejar todo eso, pero una confortante voz me hizo tener
fuerzas para seguir presente a todo[78]lo que venía. Y cuando me di cuenta ya no tenía
miedo.[79] Era bonito estar viendo todo
eso.[80] Conforme se me fue quitando el miedo iban llenándose de más luz esos
recuerdos.[81] Poco a poco la niña dejó de llorar. Entonces se levantó y todo se
iluminó.[82] Fue cuando finalmente le vi el rostro y sonrió que se convirtió en la
adulta que soy.[83] A lo lejos había un camino verde, lleno de
flores y un cielo azul. Sentía tanta felicidad que pude atender esos recuerdos
uno por uno, sin miedo, tranquilamente. Entre esos recuerdos estaba el más
doloroso que había vivido. Me acerqué a donde lo llevaba y vi a mi hermana que
había muerto. Puede estar con ella en ese lugar.[84] Lo vi pasar todo desde su enfermedad. Fue maravilloso vivir esa
experiencia[85] pues le pude decir cuánto la quería y dar gracias por el tiempo que
Dios me dejó compartir con ella[86] y por haber sido mi hermana.[87]
Después vinieron
los momentos felices que se me habían olvidado o los había dejado en un rincón.
Fueron muchos y grandes.
Caminé y vi a mi familia
que entonces era mi esposo y mi hija que acababa de nacer. Estaban felices,
esperándome con los brazos abiertos.
¡Y comenzó la
felicidad![88]
Miriam Mendoza.[89]
El contexto en el que se ha dado esta
historia es muy personal, pero el fluir de cada experiencia pone en acción los
recursos que todos tenemos. Y lo que se lleva adelante (se autopropulsa;
Edgardo Riveros) en cada situación humana implica que la humanidad entera está
en marcha. Así que esta historia nos
deja ver con claridad el enorme potencial de salud, integración, desarrollo que
trae consigo el echar a andar los recursos corporales que todos tenemos, recursos
que somos, generadores de cambios profundos, permanentes y progresivos con sólo
atrevernos a atender nuestros asuntos inconclusos tal y como los estemos
sintiendo. Simplemente ve cómo esta joven mujer transitó[90] sucesivamente desde “nunca voy a ser una
buena mamá…”, hasta: “… ¡ya todo está bien!”, mediante pasos
ensamblados que tenían el propósito de generar nuevos significados imposibles
de determinar a priori, pero con una
clara dirección de vida nueva.[91] Hoy
pues, sabemos de manera probada y comprobada, que este modelo conlleva un
proceso de desarrollo que todos los seres humanos tenemos a nuestro alcance.
También puedes ver que llevarlo a cabo no es algo complicado, sino que, su desenvolvimiento
y resolución fluyen desde nuestro interior, lo cual, además y como Miriam, ¡disfrutamos!
Toda relación madre/hijo(a), como la que
llevó a Miriam a pedir ayuda, comienza en la futura mamá antes incluso del
inicio de nuestra gestación biológica, así que todos los seres humanos tenemos
enfrente el reto de conocerla, asumirla y resolverla, para lo cual,
afortunadamente ahora contamos, con este modelo que ha estado probando y
comprobando su eficacia, de lo cual, esta historia es un bello testimonio.
Si tú eres como yo, seguramente habrás estado
buscando soluciones para algún asunto (inconcluso, doloroso, reprimido), por
medios puramente mentales. Afortunadamente hoy sabemos y constatamos que no es
cuestión de conocer a detalle de dónde y cómo aparecieron nuestros problemas,[92] sino que, gracias a poner a
trabajar estos recursos, podemos incluso decir que no se trata de solucionar
nuestros asuntos problemáticos, sino de permitir que su resolución se nos dé al estar presentes para ellos de la manera
como aquí se ha dado. Así que, si este escrito te motiva a probar el hacer
Focusing, tienes a tu disposición este material para, con él, acceder a tus
propias experiencias, tanto a las que has disfrutado como a las dolorosas, pues
todas y cada una implican un inagotable MÁS (Gendlin) de ti mismo que se
encuentra en las profundidades de tus tejidos corporales luchando por serte
revelado, de manera que te vayas conociendo, aceptado y amando a medida que
recibes y asumes las historias que yacen dentro de cada célula y en cada tejido
de tu cuerpo.
Y si tienes dificultad para acceder a ese
nuevo paradigma, aquí te dejo mi dirección para trabajar tú y yo, juntos, esta
absoluta novedad.
Juan B. Prado Flores. jubpr@yahoo.com, juanbpr@gmail.com
[1] Al
referirse a esto, dos grandes investigadores/innovadores, Eugene T. Gendlin,
descubridor del Focusing (ver Focusing.
Proceso y Técnica del Enfoque Corporal. Ed. Mensajero. España. 1982.) -a
quien le dedico ese escrito- y David J. Bohm (https://www.revistasinrecreo.com/wp-content/uploads/2015/11/Bohm-David-La-Totalidad-y-El-Orden-Implicado.pdf) quienes,
sin haberse conocido personalmente utilizan casi el mismo lenguaje al
referirse a la concepción del Universo unificado e indiviso que nos contiene y
que contenemos: Gendlin desde la Psicoterapia experiencial y la Filosofía de lo
implícito y Bohm desde la Teoría de la Relatividad y la Mecánica Cuántica.
Estamos teniendo acceso y adentrándonos en lo que ahora se nombra como la
Supraconciencia que habitamos, que somos, que nos habita, guía, sana,
transforma.
[2] Este relato, en su forma
restringida por cuestión de espacio, fue publicado en la Revista The Folio, del
TIFI (The International Focusing Institute) http://www.focusing.org/folio/Vol20No12007/11_BefriendingFear.pdf
[3] La consulta médica comienza con la recopilación de
datos que los médicos englobamos con el nombre de “Antecedentes”. En
retrospectiva se podrá ver la importancia de los antecedentes relatados por la
madre de la pequeña y su conexión con los hechos que tendrán lugar.
[4] Tanto
desde las experiencias paranormales como desde muchos otros enfoques, existen
fundamentados puntos de vista que sugieren que vinimos aquí por motivos más
profundos que solo como resultado de la falla de un método anticonceptivo, es
decir, nadie ha venido aquí por error. Ver, por ejemplo, https://www.youtube.com/watch?v=xth6KxE8ulM
[5]
Obviamente el subrayado es mío. Al decir Miriam (M) este “no sé” …. parece que tiene la expectativa de que, al consultarme
como pediatra, yo le diga por qué su
hija responde con llanto a sus cuidados maternales y que mi respuesta la
oriente y/o le dé la solución a su doloroso problema. Como médico, yo pude
haberme decantado por tratar de dilucidar mentalmente este no sé, e incluso, utilizar mi autoridad para dale algunos tips como
qué hacer para calmar a la pequeña, calentar sus manos antes de tocarla, y mil
etcéteras.
[6] A lo que
M siente en sus manos le podríamos
llamar desde la práctica médica occidental, un síntoma o “somatización” en su
sentido habitual, pero en realidad ella es capaz de relacionar lo que siente con
el asunto que la ha llevado a consultar al pediatra. Esto no es habitual, mas
bien, es raro. Le llamamos “referente directo” y vale la pena aprender a
focalizarlo. Ver https://es.scribd.com/document/237261604/Una-Teoria-Del-Cambio-de-Personalidad-Gendlin-1964
[7] Por favor nota que esas sensaciones que culminan con este
segundo no sé, nos están invitando (a
M y a mí) a ir a una potencialmente sanadora interacción intra e interpersonal,
no sólo del asunto expuesto, sino de otros implicados
en este “no sé.”
[8] Esta línea _____ expresa
la pausa (pausa revolucionaria:
Marion Hendricks Gendlin) que le ha permitido a Miriam pasar de un proceso
mental a tomar conciencia de que está presente a ese algo que está sintiendo y a lo que aún no puede darle un nombre.
¡Esto es muy importante! Para mí este tránsito en el interior de M denota su
habilidad para entrar en un nivel de conciencia al que todos los seres humanos
tenemos la capacidad de acceder mediante esta técnica-proceso. Aquí puedes ver
que M tiene esa habilidad desarrollada en los más altos grados de la llamada
Escala Experiencial antes mencionada (https://sientemejor.cl/escala-experiencial/) que predice si el proceso interior del cambio tendrá lugar o
no.
[9] A este “no
sé” conceptualmente vago pero claramente sentido que contiene un cierto
significado para M, le llamamos referente
directo o felt sense (E.T. Gendlin),
sensación sentida, sensación con sentido o significado sentido. Así que
este segundo “no sé”, completamente distinto del primero,
denota que M intuye o sabe, que lo que siente en sus manos tiene que ver con la reacción de su bebita a
sus cuidados maternales. En la misma frase, ella ha pasado de un no saber intelectual, a esta sensación-sentida que tiene la capacidad de
desenvolverse, lo cual quedará nítidamente evidenciado más adelante. Si M no
hubiera hecho la transición de lo mental a lo referido como no conceptualmente claro,
si lo hubiera reprimido (Ver Gendlin, Una teoría del cambio de la personalidad,
https://es.scribd.com/document/237261604/Una-Teoria-Del-Cambio-de-Personalidad-Gendlin-1964) las
cosas que están por acontecer en ese relato, no se hubieran dado.
[10] Esta
pregunta estuvo a tono con lo que M me había referido acerca de las sensaciones
en sus manos. Afortunadamente, yo no pasé por alto la transición arriba
reportada. Así que mi pregunta … ¿siente que hay algo que le
impide disfrutarla?, simplemente valida la referencia de M a lo físicamente
sentido en sus manos, ¡que aún no sabe qué es! Si en lugar de hacerle
esa pregunta la hubiera obviado, yo habría bloqueado el proceso corporal.
Afortunadamente yo seguí mi intuición (no mi pensar como médico). Gracias a
ello pude formularle esta crucial pregunta. Se podría decir, además, que
gracias al segundo no sé de M, yo estaba respondiendo elevando mi
frecuencia vibratoria (https://masterdreamlife.com/porque-y-como-elevar-tu-vibracion/) al nivel de la de ella.
[11] Lo instantáneo de su
respuesta: “¡Sí! ¡Mis manos!”, nos dice que ella
está aceptando tácitamente que eso que ella siente aunado a la ausencia
del sentimiento de bienestar propio de la relación materno-filial, tiene que
ver con el malestar de su hija recién nacida. Para entonces, yo estaba admirado
de que ella siguiera en este incómodo plano interior en lugar de querer
entender y arreglar las cosas con y desde, “la cabeza”.
[12] Un
saber no pensado, sino sentido. Implícitamente, M sabe que
ella no solo tiene significados en su mente, sino que también su cuerpo porta
sus propios significados. Esto, por banal que parezca, es un trascendental
descubrimiento científico de E. T. Gendlin, ampliando enormemente las dimensiones
de la conciencia humana y del papel insustituible de nuestro cuerpo, de sus
sensaciones, de sus sentimientos, en la resolución de nuestros asuntos
existenciales.
[13] Mi
sensación corporal concatenada a todo lo antes referido por M me lleva a
hacerle esta propuesta como invitación a adentrarnos en el proceso Bio-espiritual.
[14] Esta
instantánea respuesta afirmativa de M, libre de bloqueos o resistencias, habla
de que ella sigue conectada no sólo con
su cuerpo y sus sensaciones, sino también con su significado corporalmente
sentido, lo cual expresa un alto nivel vibracional que invita a quien le ha
propuesto iniciar el ejercicio a elevar su propia vibración (ver: https://www.revistadefrente.com/7-cosas-que-afectan-tu-frecuencia-vibratoria-desde-el-punto-de-vista-de-la-fisica-cuantica/) el cual, como verás, se mantuvo durante
todo el ejercicio. Estamos en terreno firme y fértil desde el que es posible
que M lleve su doloroso asunto adelante por causes inéditos y totalmente
impensables.
[15] Parece que su instantáneo
consentimiento viene de su clara decisión de practicar, aun desde su
incertidumbre, una propuesta totalmente desconocida para ella ¡hecha por un
médico que acaba de conocer! Como Miriam ya tiene la conexión-físicamente-sentida
en sus manos, comenzamos desde ella.
[16] Esta
propuesta propicia que Miriam entre a sus espacios interiores en los que, como
veremos, todo es posible.
[17] En cualquier terapia exitosa
y en la práctica del E B-E, tanto la comunicación verbal como los silencios son
no solo importantes sino trascendentales como lo podrás constatar en el curso
de este relato.
[18] Pese al momento de tanta
incertidumbre que estaba viviendo, M pudo acoger mi sugerencia de volver a
su cuerpo para recibir lo que desde su cuerpo estaba surgiendo.
[19] Al acceder a volver a cerrar
sus ojos, M estaba abriéndose a un altísimo nivel de
vulnerabilidad, con lo cual y aunque parezca lo contrario ella ¡estaba llevando
adelante el proceso del cambio!
[20] Tensión
que no va a concluir hasta que su asunto no haya sido resuelto desde adentro.
[21] ¿De dónde le vino a M
esta impactante declaración? Esto mismo te preguntarás cuando tengas tus
propias experiencias bio-espirituales. Por ahora, simplemente date cuenta de
que si hubiera provenido de sus procesos puramente racionales hubiera sido
devastador para ella. En cambio, cuando un símbolo
como este (y otros más que vendrán) se van integrado en un todo mayor, el
resultado es milagroso.
[22] El
“reflejo” empático, no es sólo la repetición de las palabras que ella ha dicho.
Tal reflejo ayudó a que M sintiera que no estaba sola, que estaba siendo
escuchada, que podía confiar en quien la estaba acompañando y en lo que estaba
surgiendo como su propia experiencia, al tiempo que pudo sentirse escuchada, respetada,
aceptada, acogida.
[23] Gracias a la
investigación de Gendlin, plasmada en su Filosofía y su Terapia Experienciales,
hoy sabemos que la sensación sentida de M en sus manos ha interactuado con la
frase “nunca vas a ser una buena mamá…”
ensamblándose y llevando adelante su delicado asunto. A esto es a lo que tanto
Rogers como Gendlin le llaman congruencia:
la capacidad (que todos tenemos) de experimentar fisiológicamente nuestros
sentimientos y permitir que éstos se simbolicen con precisión. Se trata de una
vivencia en la que no solo no hay certeza alguna, sino en la que no hay caminos
trazados sino sólo la sensación de vulnerabilidad.
Estamos en lo no racionalmente discernible, en lo no predecible ni mentalmente
controlable. Estamos en territorio místico, sagrado.
[24] El cuerpo lleva nuestros asuntos como totalidades experienciales
físicamente sentidas y no como fracciones o partes de un rompecabezas. En base
a ello es que le propongo que tome conciencia de cómo se siente la totalidad
que está viniendo, sintiendo.
[25] M ha podido verbalizar,
es decir, ponerle nombre a lo que está sintiendo: ¡tristeza!
Al no haber M
reprimido ni suprimido el sentimiento de profunda tristeza y en lugar de ello
llevarle una presencia acogedora, ha llevado adelante el proceso de simbolización de la experiencia,
¡cambiando su significado!
Desde y con, Gendlin:
“Usamos la palabra ‘simbolizar’ en un sentido raro pero cierto. Simbolizar aquí
no significa representar en símbolos”. En este contexto, el símbolo es algo que viene al estar
atendiendo un asunto físicamente sentido, que se expresa ya sea mediante una
palabra (ahora en la frase: nunca vas a ser una buena mamá…), una imagen, un
recuerdo, lágrimas… en cualquier cosa que encaje, que ajuste, que se adecúe al
significado-sentido, llevando adelante el proceso y cambiando su significado.
Ver Existencialismo y Psicoterapia Experiencial en Psicoterapia Experiencial y
Focusing. La Aportación de E. T. Gendlin, en C. Alemany, Desclée De Brouwer, p.
50. En términos espirituales el símbolo es regalo, don, gracia.
[26] No hay por qué no
aceptar ese sentimiento. Al contrario, necesitamos saber dónde se siente esa
tristeza. Es como cuando vas a ver a una persona querida. Si está en el
hospital, pues vas al hospital.
Puedes darte cuenta de que el eje de
donde parte el proceso Bio-espiritual es nuestro SENTIR, a veces placentero, a
veces intenso como ahora, lo cual, paradójicamente, es más llevadero que sólo
pensarlo.
[27] Se trata de apoyar el que
M se mantenga en su cuerpo,
permitiendo que sea el propio cuerpo el que lleve adelante el movimiento de
avance. Seguramente ustedes se han estado dando cuenta de por qué es tan
importante mantener el contacto con el cuerpo y su la enorme sabiduría.
[28] Este
lapso de tiempo es lo que tardan en externarse estos procesos, en realidad este
tipo de procesos se producen instantáneamente.
De hecho, está demostrado que nuestros procesos biológicos se rigen por la
física cuántica y no por la newtoniana. Ver cap. 4 del libro La biología de la creencia de Bruce
Lipton.
[29] Este extenso señalamiento
de todo su pecho habla de cómo sus pechos repletos de leche están tristes,
sufriendo por no estar siendo vaciados por su bebita recién nacida.
No tenemos que
decir que ha surgido una nueva sensación con un nuevo significado. El asunto
como totalidad físicamente sentida, ha recorrido un trecho más.
[30] A al reflejárselo le
confirma a M que lo que está sucediendo en su cuerpo también tiene sentido
y significado para mí (diferentes a los de ella), lo cual redunda en que M
pueda mantenerse enraizada en su cuerpo
y a mí me permite a constatar que el proceso está yendo adelante.
[31] Si
esos lugares físicamente sentidos están ahí es porque nos quieren comunicar
algo importante. De hecho, podemos sentir que ellos nos atraen. Y de la misma
manera podemos llegar a sentir que nosotros también los atraemos,
estableciéndose un dialogo humano, amoroso, profundamente espiritual,
bio-espiritual.
[32] El no estar sola sino
acompañada, crea un clima confiable que la invita a arriesgarse e permanecer
con lo que está surgiendo/sintiendo. Las dos presencias, la de ella para ese lugar
y la mía para ella están llevando adelante el asunto como totalidad.
[33] Es inestimable la
importancia y la trascendencia del papel de la presencia cálida, acogedora
(carrying/feeling/presence) que es lo que realmente somos y que M le
ofrece a su asunto que es la que el facilitador tiene para ella
y para sí mismo, lo cual crea el ambiente,
el clima interior, la elevada ‘frecuencia vibratoria’ que permite que el
cambio se dé. Esta poderosa presencia nutre la interacción entre quien enfoca y quien acompaña. Alguien lo puso
así: … ´donde dos a más se reúnen en mi nombre ahí estoy yo en medio de ellos´.
[34] Recuerden
que estamos hablando de lugares físicamente sentidos. Es decir, de algo tan
real como que lo sentimos pues nadie puede dudar de estar sintiendo lo que está
sintiendo.
[35] Es de esperar que venga
otro símbolo
que se conecte con la sensación dolorosa y produzca otro novedoso
movimiento hacia adelante…
[36] Ha venido el recuerdo/símbolo
que adentra a M en el terreno de lo inédito, de lo inesperado. Es en las
profundidades de su vulnerabilidad donde se ha generado ese nuevo paso. Ya nos
dirá M qué tuvo que ver esta simbolización con el duelo por la muerte de su
hermana. En la Filosofía de lo Implícito de Gendlin encontramos la explicación
de este fenómeno: Lo implícito en la sensación de sus manos, se explicitó en: “nunca vas a ser una buena
mamá”. Y lo implícito en la tristeza físicamente sentida se explicitó en el
recuerdo de la muerte de su hermana. Al explicitarse lo implícito, ha llevado a M a una comprensión más profunda y a la
resolución de un asunto reciente y de otro que por años, ella había estado
cargando. En tal proceso, mente y cuerpo, cuerpo y mente han actuado como un
todo y no como partes separadas. Ver: La primacía del cuerpo, no la primacía
de la percepción: cómo el cuerpo conoce la situación y la filosofía. http://www.focusing.org/gendlin/docs/gol_2162.html
[37] Y me sigue sucediendo lo
mismo al recordarlo. Se ha dado una interacción empática de
respeto y aceptación incondicional entre Miriam y quien le acompaña, lo que resulta
en una bendición para ambos que yo sigo recibiendo, disfrutando, agradeciendo.
[38] Otro
significado sentido que habla de la extrema vulnerabilidad en la que M se
encuentra ahora ¡y en la que ha permanecido!
[39] En el E B-E nos
mantenemos enraizados en el cuerpo sintiente lo cual deja fuera el análisis,
los juicios, las interpretaciones.
[40] Otra sensación con
significado o sensación sentida: (felt
sense: Gendlin) que, por
definición y como dijimos al principio, que desde lo implícito, parece que está en vías de explicitarse.
[41] Al ofrecerle una
presencia confiable a quien enfoca y éste a lo que encuentra adentro, creamos
un clima en el que lo implícito se puede explicitar.
[42] Este
tipo de tiempo expresado en minutos (Kronos),
implica otro tipo de tiempo o kairós en
el que M solo tiene que estar presente y abierta para recibir lo totalmente
inesperado.
[43] El asunto inconcluso se ha
completado (resuelto) desde sus más profundas raíces corporales, dejando …
[44] … dejando una sensación de alivio, de
bienestar, no sólo por haber descargado una pesada carga, sino por haber
recibido un inimaginable regalo. Desde la investigación de Gendlin, a esto le llamamos “cambio corporal sentido” (bodily felt shift). El enorme contraste experimentado entre el
“antes” y el “después” de la experiencia bio-espiritual, expresa un proceso
eminentemente creativo que implica la toma de conciencia de la gratuidad y del poder
transmutador/sanador que nos habita, que, de hecho, lo somos. Este proceso viene a revelarnos algo más
de nosotros mismos de una manera tan clara y evidente que nos lleva a
aceptarnos y amarnos (sin juicios de por medio) con lo que sea que llevemos dentro.
[45] Por sí misma, Miriam ha dado el Sexto Paso
del E B-E: “Nutrir y fortalecer” que consiste en que habiéndose uno dado cuenta
de que el proceso se ha dado sin intervención del razonamiento mental, de algún
tipo de dirección predeterminada, sin intervención de la voluntad consciente,
claramente uno siente que ha recibido un impensable regalo. Así que para cuando
yo se lo sugerí, ella ya lo había hecho, lo cual nos indica que el agradecer es
consustancial a la experiencia misma de sentir/saber que ha actuado ahí algo
benevolente sobre lo que no se ha tenido control alguno. Esto abona a que se
trata de un proceso con dirección y propósito hacia lo saludable, ¡gratuito!
[46] Nunca ha sido un secreto el que la apertura a la propia historia
implica siempre una ampliación de nuestra conciencia como ocurre en fenómenos
paranormales como la telepatía, la precognición, la telequinesis, la
canalización, la mediumnidad, las experiencias místicas. Regresar de ahí a la
experiencia ordinaria requiere de cierto tiempo de reajuste.
[47] Como puedes darte cuenta,
durante este proceso, en ningún momento recurrimos a algún concepto
psicológico, a alguna doctrina, a una escuela de pensamiento, pues los recursos
para llevar adelante nuestros asuntos vitales ya los llevamos adentro, son
patrimonio de la humanidad. Es solo cosa de ponerlos en acción tanto para
beneficio propio, para el bien común, para la evolución universal, que, como
pronto verás, no exageramos al decirlo.
[48]¿De dónde le vino a M esta
inusitada palabra?, ¿cómo se elaboró?, no hubo una lista de pros y contras,
tampoco una sugerencia de mi parte… Podemos decir que vino del propio
proceso experiencial, es decir, que se ha comprometido con dicho proceso y que no
ha dependido de directividad, inducción, consejo, menos de algún tipo de intrusión
y sin que hubiera un proceso mental, racional, reflexivo, inductivo, deductivo
o volitivo de parte de Miriam. Todo esto me condujo al recuerdo, corporalmente
sentido, de un texto bíblico que antes de mis experiencias de Focusing y
Bio-espiritualidad no había tenido el especial sentido que ahora tiene para mí:
“Pero me formase un cuerpo y heme aquí
dispuesto a hacer tu voluntad.” Ahora puedo ver que M había llegado a una
dimensión libre de bloqueos y resistencias que la empoderó para “hacer la
voluntad de Dios” que es, lo amoroso/compasivo en favor de su hijita ¡y de ella
misma! Pero todavía nos falta ver hasta dónde ha estado llegando este amoroso empoderamiento…
[49] Una vez vivido, Miriam no
puede dudar de lo ocurrido por más asombroso que haya sido. Así lo revela su respuesta
instantánea, contundente.
[50] En
el E B-E no dirigimos a la acción a quien enfoca,
pero si ésta aparece, propiciamos que la persona tome conciencia de que esa
decisión proviene de lo que ha experienciado.
[51] La resonancia de esta
experiencia y de muchas otras al acompañar a otros en su proceso bio-espiritual
siguen vigentes en mí hasta el momento presente.
[52] Ya
veremos otra singular faceta de lo que la madre de M llama “cambio completo”.
[53] La madre de Miriam sabía muy
bien que su hija lo había intentado sin haber sido capaz de hacerlo.
[54] Ahora, en el acto de
bañarla, Miriam la limpia, la purifica de las dolorosas historias inconclusas
que cargaba desde antes de embarazarse que fueron resueltas y que no solo no se
interpondrán en la relación madre/hija, hija/madre, sino que serán fuente de
salud y desarrollo para cada una y para su relación presente y a futuro,
mientras M mantenga este tipo de interacción consigo misma. Estamos ante el
despliegue en M de su libre albedrío que no es sino empatar su voluntad con una
amorosa voluntad Mayor; es acceder a una misma y sanadora frecuencia vibratoria
con la Fuente, el Todo; para el creyente, con lo Divino.
[55] … Y la pregunta es,
¿Miriam llevó a su hija?, ¿la pequeña Karen llevó a su mamá? (…) Sólo recodemos
lo espiritualmente poderosos que son los pequeños recién nacidos. Acaso no
decimos de ellos al verlos: ¡me lo(la) cómo!
[56] ¡Cuánto
dolor y sufrimiento alberga la humanidad entera y cuán vasto y esperanzador, el
trabajo y el camino que cada uno tendremos que ir recorriendo a lo largo de
nuestra vida! La buena noticia es que hoy contamos con este modelo que nos
ayuda a atender nuestros asuntos donde los llevamos en el cuerpo,
¡modelo-proceso que podemos enseñárselo a nuestros niños! Ver: “Beyond the Myth of dominance, an
alternative to a violent society (Más allá del mito del dominio, una
alternativa para una sociedad violenta)”, de Edwin M. McMahon.
[57]Como
a M, a todos nos es difícil ponerle palabras a este tipo de experiencias, ya
que ¡es más fácil vivirlas que ponerlas en algún tipo de lenguaje!
[58] La
madre de M no pudo entrar a la UCI a visitar y despedirse de su sobrina casi
desahuciada. Ello parece indicar que no había procesado el duelo por la muerte
de su hija acaecida nueve años atrás.
[59] Se trata de la presencia
cálida y acogedora aportada por Edwin M. McMahon, que involucra al cuerpo, que
se da mediante el cuerpo, ¡con el cuerpo entero!; algo muy distinto del
lenguaje mental, correcto y educado que solemos utilizar en el trato social,
con personas queridas y aun para con nosotros mismos.
[60] Podemos decir que,
acompañada por M, su prima aun en estado de shock,
había estado gestándose en ella algo totalmente novedoso e impensable. En esa
lágrima, su cuerpo ha simbolizado el proceso que ha ocurrido en su interior y
que ha “llevado adelante” su propia problemática, como veremos adelante.
Al escuchar el relato de a
Miriam me di cuenta del increíble poder sanador que todos llevamos dentro y que
podemos poner en acción aun estando entre la vida y la muerte en una unidad de
cuidados intensivos (UCI).
[61]En su enfoque, M había experimentado cómo
atender su propio asunto, y eso fue lo que hizo al atender a su prima moribunda
“salvándole la vida”. Pero ¿fue algo aprendido?, o
simplemente fue poner en acción el conocimiento implícito en ella que se
despertó al atender la situación con su hija. Miriam hizo algo similar lo que
hacía la Dra. Elisabeth Kübler Ross, pionera del estudio de la muerte y
precursora de la Tanatología. Ver: Elisabeth Kübler Ross:
"La Mujer que Miró la Muerte a la Cara", La muerte, un amanecer (youtube.com)
[62] Ello parece indicar que no había
procesado el duelo por la muerte de su hija acaecida nueve años atrás.
[63] Muchos
testimonios de personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM) se
refieren a estas figuras como seres de
luz o como ángeles que las envuelven en amor, las acompañan, las guían, las
empoderan y regresan de sus ECM transformadas y sin temerle a la muerte. Ellas
han tenido la experiencia directa de que sus ECMs les ha mostrado el
significado de su historia y el propósito de sus vidas. Mi querido amigo Jorge
Jordán me ha dicho que para él ese episodio no es sino el encuentro de la
conciencia de Rocío con la Presencia-Conciencia mayor que nos envuelve,
sostiene, nutre, como ella lo hace y lo ha hecho siempre con todo cuanto
existe.
En muchas experiencias
cercanas a la muerte (ECM) la masa cerebral carente de perfusión sanguínea
debido al shock séptico (que puede ser también, hemorrágico, cardiogénico,
neurogénico, etc.) en que se encontraba su prima, había dejado de funcionar, dando
libre paso a material que no viene de
su mente, sino de, según algunos, de una conciencia Más Abarcadora. A este
dominio, algunos físicos cuánticos le llaman la no-localidad (Alain Aspect
Premio Nobel, su descubridor) señalando que estamos en una dimensión fuera del
tiempo-espacio. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=Zpeo_mF5_gM&t=358s&ab_channel=NextLevelSoulEspa%C3%B1ol
[64] Desde
una visión espacio-temporal, racional, Miriam y su prima Rocío funcionaban como
dos seres humanos distintos, sin embargo, en la experiencia de Rocío, la voz era
de Miriam y el amoroso mensaje se lo hacía llegar ese ser luminoso. Así que tal
Figura y Miriam se habían hecho una sola y la misma cosa: una envolvente,
amorosa, acogedora, eterna Presencia/Conciencia transformadora, ¡en su prima!
Humildemente siento que también abarca a quien acompañó a Miriam en el proceso
que trajo consigo la resolución del problema entre ella y Karen su hijita
recién nacida y todo lo que tuvo que pasar para que se diera esa interacción,
lo cual recuerda la noción de la unicidad de todo cuanto existe y del
entrelazamiento cuántico como disolución de la dualidad (David Hawkins) así
como el fenómeno de la “no localidad” cuántica, https://www.youtube.com/watch?v=BV6Q_mxOpW0&t=656s&ab_channel=MientrasViva.
[65] En sí
misma, la toma de decisiones es un capítulo crucial en la vida individual, como
lo fue para M decidir bañar a su hija y para Rocío, su prima, fue la decisión
de querer tomar la vida en sus manos. Ese es otro fenómeno frecuente en muchas
ECMs. Ver https://www.youtube.com/watch?v=oUhZIBJZTvY&t=3982s&ab_channel=SomosAlma
[66] Y regresar completamente
transformada para iniciar una vida nueva. Este tipo de transformación es una
constante en muchas experiencias cercanas a la muerte (ECM). Para muchas
mujeres que regresan de su ECM, volver a esta dimensión tras haber llegado a
paladear el amor del más allá, entraña un “amor infinito” que ellas sienten por
sus hijos. https://www.youtube.com/watch?v=l9Y1W8op6u0&t=1032s&ab_channel=ChristianArg%C3%BCelloG%C3%B3mez
[67] El
médico psiquiatra, Bruce Greyson, el más reconocido experto a nivel mundial en
ECM, dice que en los estados expandidos de conciencia en los que se dan
las experiencias místicas, está reducida al mínimo la actividad cerebral. Es
como si el cerebro –dice- se apartase y dejara a la mente interior (la
conciencia) desplegarse plenamente. Ver https://www.youtube.com/watch?v=0ERUlyxz_V4&t=743s.
[68] Como
Miriam, su prima también regresó
para ser, entre otras cosas, “una buena mamá”.
[69] Uno de los más grandes
obstáculos que se nos presentan para entrar a nuestro interior son nuestros
miedos, por ello es que, culturalmente hablando, intentamos eliminarlos con la
esperanza fantasiosa de conquistarlos, destruirlos, someterlos. En contraste,
el título de mi publicación en inglés de esta historia habla de hacernos amigos
de nuestros miedos, pues de hecho son nuestros más grandes aliados en nuestro
proceso de ir accediendo a la salud integral.
[70] Con frecuencia tratamos
de encontrar el sentido de nuestra vida fuera de nosotros dejando de lado los
recursos interiores que todos tenemos disponibles para ayudarnos a encontrarlo.
[71] A esta condición le
podemos llamar, con Gendlin, una personalidad
estructurada, sin posibilidad de ponerse en marcha por sí misma. Ver, Una
teoría del cambio de la personalidad. https://es.scribd.com/document/237261604/Una-Teoria-Del-Cambio-de-Personalidad-Gendlin-1964
[72] Muchas
personas que tienen una experiencia cercana a la muere hablan de un lejano
punto de luz, de una puerta, de un pozo, de algún tipo de vía de acceso que muchas veces conecta con algo
indescriptiblemente grande y hermoso …
[73] Ahora sabemos que son
nuestros mecanismos mentales de control los que nos dificultan entrar en la
expansión de conciencia en la que suceden estos admirables fenómenos. Miriam
pudo ir más allá de tales mecanismos técnicamente conocidos como “mecanismos de evasión de proceso”. Ver:
Una teoría del cambio de personalidad de
E. T. Gendlin. https://es.scribd.com/document/237261604/Una-Teoria-Del-Cambio-de-Personalidad-Gendlin-1964.
[74] Con todo y lo
desconcertante de la experiencia, M fue capaz de ir
en pos de esa luz. Al entrar al proceso de atender nuestros miedos para tener
acceso a la luz, en términos espirituales se le llama la noche oscura (san Juan de la Cruz), la sombra (C. G. Jung) el descender
a nuestros infiernos interiores (Joseph Campbell).
[75] Miriam
decide acercarse de manera
amorosa a esa niña que llevaba en su carne la tristeza y el abandono de su
infancia. Esto le confirió un poderoso movimiento sanador a su experiencia.
[76] Este
es otro elemento muy frecuentemente experimentado en las ECMs; se le llama “revisión
de vida”.
[77] Puede ser aterrador estar
en un lugar como este. Sólo démonos cuenta si en lo cotidiano no tratamos de
sustituir los momentos y las situaciones dolorosas por otros y otras menos
atemorizantes.
[78] M
tuvo la opción de salir y abandonar su proceso dejando todo sin resolver ¡reciclándolo!
Pero su actitud de apertura, desencadenó la poderosa fuerza interior venida de adentro
de ella misma que la capacitó para continuar ahí descubriendo su propia y liberadora verdad.
[79] El miedo que la había llevado
ahí había cumplido su misión al mostrarle las historias escondidas a las que M
tuvo acceso. ¡Nuestros miedos más profundos son poderosos mensajeros de buenas
nuevas y fuentes potenciales de salud y liberación!
[80]
Miriam ha puesto en estas palabas lo mismo que Gendlin (descubridor del
Focusing) pone en las de un cliente: “Si usted se introduce en algo de veras, y
permanece ahí, es como meterse dentro del ojo de un huracán…encontrará quietud
y puede ver dónde se haya en realidad”. Ver: https://focusing.org/gendlin/docs/gol_2145.html
[81] En todo ese párrafo M describe
la autopropulsión (ver El experienciar y
la creación de significado de Edgardo Riveros: https://focusing.org/sites/default/files/upload/2022-05/El-experienciar-y-la-creaci%C3%B3n-del-significado-estructura-Edgardo-Riveros-Aedo-2016-12-07.pdf
del fenómeno procesal que la experiencia humana es. Aquí ya no se trata de unas
manos frías, de una tristeza, de un dolor, de una hermana muerta… Todo eso ha
sido vivenciado como un todo y no como contenidos distintos para ser arreglados
uno por uno.
[82] Esto podríamos compararlo
con la culminación del proceso de revisión de vida de las ECMs experimentando
como un amor incondicional que, entre otras cosas, implica un proceso de
autoperdón lo cual cambia la manera de verse sí mismos.
[83] Esto que parece ficción suele ser la manera como se
desenvuelven, se resuelven, mediante el E B-E, las historias traumáticas que
vivimos no sólo de pequeños sino durante nuestra vida intrauterina, y, según
muchos, historias ancestrales y de nuestras vidas pasadas. La bibliografía
sobre esto es amplísima y no carece de sustento.
[84] Ese lugar no estaba
en “el más allá”, Miriam lo encontró ¡dentro de sí misma! Obviamente,
trascendiendo desde su propio cuerpo, el espacio/tiempo. En esta experiencia M
resolvió su miedo a la muerte y, como vimos antes, creó dentro de ella el
espacio para luego ir con su prima moribunda, acompañarla al decidirse por la
vida y enconar un nuevo sentido existencial. Se trata, sin dejar dudas para M,
de un encuentro vivo con su hermana trascendida cuyos efectos instantáneos
se hicieron permanentes dando lugar a la resolución de su duelo.
[85] En estas
ligas se puede ver cómo el contacto con seres fallecidos mientras se enfoca, es profundamente sanador: https://www.focusing.es/en-foco_revista/en_foco_2.pdf, pág.
41 y https://www.focusing.es/en-foco_revista/en_foco_3.pdf, pág.
34. Esto nos lleva a preguntarnos qué tan cercanamente a una ECM puede
conducir un ejercicio de EB-E o quizá mejor, que podemos atender nuestras
pérdidas, nuestros duelos, nuestros asuntos detenidos sin necesidad de
experimentar una ECM.
El enorme contraste
experimentado entre el “antes” y el “después” de la experiencia bio-espiritual,
es un importante factor que nos dirige hacia la toma de conciencia de la
gratuidad y del poder sanador que nos habita y que, de hecho, lo somos. El
momento en el que se da esta transición, sea al enfocar o sin estarlo haciendo formalmente, se puede sentir físicamente como algo nuevo,
liberador (E. T. Gendlin). Ello ocurre muy frecuentemente en las personas que
han tenido una ECM.
[86] A la luz de la información que ahora tenemos, el alma de su
hermana no había podido hacer su “viaje a la Luz”, pues el duelo no resuelto de
M (y su madre) se lo impedía. Hoy sabemos la importancia que tiene en
Tanatología el rendirse al apego a la persona fallecida y dejarla ir. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=WDmV_i5ATB8&ab_channel=SomosAlma También sabemos que ese tipo de interacciones son en
ambos sentidos y que los seres trascendidos vienen en ayuda de sus seres
queridos para sanar traumas, enfermedades, adicciones, etc.
[87] En esa dimensión
experiencial Miriam se encontró con su hermana trascendida, estuvo
dialogando con ella, disfrutándola, agradeciéndole… y resolviendo el duelo por
su muerte que había estado afectando su vida, su intimidad, su familia, sus
relaciones… por todo ello, M se encontraba profundamente agradecida.
Lo que aquí, en el
Focusing y la Bio-espiritualidad llamamos “experienciar”, incluye varias cosas:
1) sentir tu cuerpo por dentro, sin
analizar, sin juzgar, sentirlo sin interpretar, sin elucubrar, sin inyectarle
nuestras expectativas, ni las dulces ni las catastróficas; 2) recibir lo que
estás sintiendo como sea que lo estés sintiendo 3) esperar que lo implicitito
se simbolice (no siempre la simbolización es inmediata como tampoco el cambio
sentido). Todo esto pausando tu mente. 4) Y para compartirlo, debes, primero,
experimentarlo, y sin dejar de hacerlo, dejar trabajar tus procesos mentales
para comprenderlo y finalmente ponerlo en un lenguaje que resulte comprensible
para quien o quienes tu acompañes.
[88] Esta bella expresión,
surgida de su experiencia transformadora corporalmente sentida, habla del poder
transformador de este proceso que incluye (Gendlin) la interacción con el
medioambiente, la vida corporal, los sentimientos, significados cognitivos,
relaciones interpersonales y el yo mismo o self.
[89] Miriam no se quedó con su
experiencia liberadora sólo para sí misma, sino que, como hemos visto, la ha
hecho vida a su alrededor. Cuando yo la compartí en un aniversario de la
llegada del E B-E a México, a Edwin McMahon, uno de mis maestros de
Bio-espiritualidad a través del Focusing, no cesaban de fluirle lágrimas. Y aquí
entre nos, en la celebración del Primer Encuentro Iberoamericano de Focusing en
Argentina, el Dr. Gendlin, descubridor del Focusing, me hizo llegar un
afectuoso saludo con mi amigo chileno Edgardo Riveros Aedo, con quien envió un
mensaje felicitando y agradeciendo a la Comunidad Argentina de Focusing por ese
evento/celebración y al que yo contribuí compartiendo el tema de la
Bio-Espiritualidad.
[90] Esto que
estoy nombrando como transitar en
realidad implica que al tiempo que experimentamos la tristeza (el dolor o lo
que sea real, físicamente sentido) dándoles nuestra aceptación y acogida a
nuestros significados sentidos, creamos el espacio interior en el que pueden
desenvolverse y resolverse nuestros asuntos detenidos.
[91] Esto
mismo es lo que está descubriendo la física cuántica. El llamado universo
holográfico implica que lo que pasa en él está pasando también en todo ser
humano, e manera tal que al sanar algo en cualquiera de nosotros, la salud
llega, a todo ser vivo, a todo ser humano. Sólo tenemos que descubrir la poderosa
tecnología corporal que somos y aprender a dejarnos guiar por ella.
Ver https://www.youtube.com/watch?v=HPmQYTwxTdo&t=2370s
[92] Comparto este escrito
para mostrar lo que sucede al aplicar este nuevo paradigma en la resolución de
nuestros asuntos existenciales, cualesquiera que ellos sean, así como para
invitar a los lectores a tener la personal e intransferible experiencia de que estar
conectados consigo mismos, con los demás y con el Todo, a lo cual cada vez más
seres humanos están teniendo acceso, dando lugar a una masa crítica que, literalmente,
está renovando la faz de la tierra con reverberaciones de alcance cósmico.
Tonterías
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