PROCESANDO MIS PÉRDIDAS, ELLAS
TIENEN VIDA PROPIA
44) 19-III-96:
Focalizando en mi cuerpo una pérdida, vienen unas fugaces luces y luego el
recuerdo de estar contemplando el cielo nocturno desde la ventana de mi cuarto
en Morelia, hacía más de 35 años y con ello el estar emocionado, sacando de
unas bolsas, diferentes prendas de vestir que acababa de comprar. Es el momento
cuando desde mi recámara en el piso superior, oigo el ruido lejano de un camión
que viene cuesta arriba, acercándose lenta, pesada y ruidosamente. Entonces
tomo las bolsas, las meto en una sola y se la lanzo a la caja del camión en
movimiento. Celebro mi buena puntería, pero cuando busco los pares nuevos de
calcetines, me doy cuenta que ya van lejos. ¡Iban en una de las bolsas! Con ese
recuerdo sube una sensación de incomodidad de mi abdomen a mi pecho. Viene el
sentirme tonto, inepto, estúpido de haber tirado mis calcetines nuevos (mis
dones) a la calle. Desde esa sensación-sentida surge una imagen: un tronco seco
al que primero me abrazo. Luego soy absorbido por él. Con los ojos humedecidos
veo salir de nosotros retoños con hojas verdes y espigas desde
nuestra superficie. con esto vine una sutil sensación que me dice
pacificantemente: “Quizá Juan, no todo esté muerto en ti”.
***
50) 8- V -96: EL ENFOQUE BIO-ESPIRITUAL EN LA VIDA DIARIA
Voy a dejar a mi hijo de entonces seis-siete años a la escuela. Al recibirlo,
su Miss le dice frente a mí, como acusándolo "¿Ahora
si vas a trabajar?", enseguida, ella me da la queja
personalmente. Llamo a mi hijo para reclamarle su conducta pero no viene.
Enojado, me alejo de su escuela. Él me llama pero yo sigo retirándome. Entonces
me doy cuenta que ese enojo en mí, era como el que de niño, yo percibía en una
persona muy significativa. Atiendo ese lugar resentido-enojado, lo
sostengo unos instantes y con ello me viene el impulso de regresar con mi
hijo que quizá aún esperaba verme. Lo hago, él está solo, de espalditas contra
el pilar del pórtico. Lo llamo y al escucharme y darse la vuelta le digo: “¿Ahora
sí vas a trab...?” Me doy cuenta, antes de terminar la frase, de la
presencia de mi patrón regañón y reprobatorio aprendido, en lugar que entrar en
relación con mi hijo. Con ello viene un impensado cambio en todo mi cuerpo y
desde él le pregunto ¿Qué me querías decir? Me responde “Quería despedirme de
ti”. Lo abrazo con ternura y él me da un beso en la mejilla. Cimbrado desde
adentro y con mis ojos rasados en lágrimas, retomo el camino.
Agradecido
por el proceso que se había desenvuelto en mí, fui dándome cuenta que fue el
contactar mi enojo lo que me permitió darme cuenta cómo llevaba en mi cuerpo
desde niño, aquella figura que para mí era reprobatoria. Traer esto al presente
mediante el proceso del Focusing y asumir esa historia
escuchándome a mí mismo, me llevó a realmente escuchar a mi hijo.
Al permitir
que se diera en mí el proceso de la congruencia vino: No todo lo ocurrido en mi
vida está sellado para siempre. Yo no tengo que continuar, en mi forma de
relacionarme con mis hijos, la reprobación que de niño experimentaba. Mis
patrones aprendidos pueden cambiar.
En
Focusing/Bio-Espiritualidad y desde Carl Rogers, entendemos por congruencia, la
capacidad de experimentar fisiológicamente nuestros sentimientos y permitir que
se simbolicen con precisión.
***
63) 28-V-96. COMPAÑEROS DE ENFOQUE, ACOMPAÑÁNDONOS
…Luego me tocó acompañar a enfocar a B. Él estaba
siendo tocado profundamente por el proceso. Le venían hondos gemidos desde sus
entrañas a cada paso, con cada propuesta que yo le hacía. Parecía estar
conectado todo su ser con una Totalidad mayor que lo inundaba. Podría decir que
era experimentarse EN esa Totalidad. Entonces me doy cuenta que cada una de mis
propuestas vienen muy desde dentro de mí y que todo cuanto le digo da en el
blanco llevándolo cada vez más al fondo de sí mismo y con gemidos
inefables, a su realidad total. B. Había recibido una clara dirección
acerca de su misión y del propósito de su vida.
Al terminar su ejercicio me comparte -y yo confirmo- que todo lo que yo
le decía lo llevaba más y más adentro, a un encuentro cada vez más profundo con
esa Realidad más grande. Fue algo verdaderamente impactante para mí, y creo que
también para las dos señoras que habían estado enfocando en la
sala, pues cuando salimos estaban muy impresionadas y admiradas al vernos tan
radiantes, tan profundamente tocados, uno y otro, por ese Algo más grande.
Me permito traer aquí unas palabras de Carl R. Rogers:
"Cuando mi estado es óptimo, ya sea como facilitador de grupo o
como terapeuta, descubro otra característica. Cuando logro acercarme al máximo
a mi íntimo e intuitivo mí-mismo, cuando de algún modo entro en contacto con lo
desconocido en mí, cuando me encuentro quizás en un estado ligeramente alterado
de conciencia, haga lo que haga parece rebosar propiedades curativas. En tales
circunstancias, mi simple presencia es liberadora y útil a los demás. Nada
puedo hacer para forzar esta experiencia, pero cuando logro relajarme y
acercarme a mi núcleo transcendental, mi conducta en la relación puede ser
extraña e impulsiva, sin justificación racional ni vínculo alguno con los
procesos de mi pensamiento. Sin embargo, ese extraño comportamiento, de algún
modo singular, acaba siendo correcto; parece como si mi espíritu interno se
expandiera para alcanzar el de mi interlocutor. Nuestra propia relación
trasciende y se integra a algo más amplio. Nos hallamos entonces ante la
presencia de un profundo crecimiento, curación y energía."*
*Carl R. Rogers. El camino del ser. Ed. Kairós. Barcelona.
***
64) 30-V-96: EL Enfoque
Bio-Espiritual (EB-E) y mi vida. “SIEMPRE CON CULPA”
Estoy desayunando con
mucha tranquilidad pues mi esposa se ha llevado a nuestro hijo menor a la
escuela. Me viene una imagen-recuerdo: de niño comiendo, con estas palabras,
SIEMPRE CON CULPA, yo no me sentía merecedor de lo que comía. No me sentía
digno de recibirlo, sentía que tenía que pagarlo trabajando, siendo obediente,
sacando buenas calificaciones... Ese mismo sentimiento me viene ahora al estar
desayunando. Vienen lágrimas con las palabras: siempre como con culpa. El
Cambio Sentido fue instantáneo al ponerme en contacto con mi sentimiento de
CULPA. Esto, aparentemente demoledor, desde el proceso del Enfoque se
siente como un paso adelante de un proceso largamente detenido.
Es maravilloso
experimentar aquello que E. T. Gendlin nombra "cambio sentido", que
viene cuando atiende uno un sentimiento (en este caso de culpa al no sentirme
merecedor de lo que estaba desayunando) como éste es llevado en el cuerpo, que
al conectarse con un símbolo (las lágrimas que me vinieron) vino el mencionado
cambio sentido que "se siente como un paso hacia adelante en un proceso
largamente detenido". Por extraño que parezca visto desde fuera de la
experiencia, descubrir algo nuevo al enfocar, por doloroso que sea,
¡siempre se siente bien! pues, entre otras cosas, lo sitúa a uno es su propia
verdad y la verdad siempre libera pues de alguna manera nos integra aliviando
la tensión siempre presente en nuestro pensamiento dualista.
***
77) 29-VIII-96: EL EB-E Y LA VIDA EXTERIOR.
SINCRONICIDAD = TIEMPO MÁS ALLÁ DEL TIEMPO
Voy a Los Viveros
de Coyoacán. Toco algo muy difícil, espero y me dice su nombre: VULNERABILIDAD.
Literalmente no podía con esa presión interior. Al acompañarla surge una
imagen; es de mi hermano____. Espero y vienen las palabras: “Tu hermano ____
nunca ha tenido media hora para ti”. Lo siento en los huesos, se me salen las
lágrimas, permanezco en ellas y vienen otras palabras: “…ni tú tampoco para
él…” Al completarse el mensaje de esa desconexión, la sensación es casi
insoportable. Es hora de regresar a casa y voy con mi dolor profundo rumbo a
ella. Estoy a punto de entrar a bañarme, suena el teléfono, reconozco la voz,
pregunto ¡¿Eres tú ____?! “Sí, estoy en el aeropuerto. Tengo unos cuarenta
minutos, quiero verte, traigo carro, ¿tienes tiempo?” Deshago mentalmente el
compromiso que tengo. Te espero -le digo. Estoy temblando de la impresión, no
lo puedo creer. Así que el EB-E no solo tiene que ver con lo de adentro, sino
que se conecta con lo exterior, ¡y de qué manera! Llega, le comparto lo de la
vulnerabilidad al sentirme como un niño de seis años con mi apariencia de
adulto actual. Lo siento verdaderamente cercano a mí. Yo también lo escucho con
toda mi capacidad empática. Ha sido el encuentro más recíproco, abierto y
acogedor que hemos tenido él y yo en toda nuestra vida. Así de fantástico fue
mi encuentro con mi hermano.
Ahora me pregunto
si la “sincronicidad” del Focusing no será entrar en ese
tiempo-atemporal -en el que raramente entramos los seres humanos- que nos
hace darnos cuenta que somos una indisoluble unidad.
***
78) 30-VIII-96: EN LA NATURALEZA, LO PRECIOSO SURGE
DE LO VIL: MI VULNERABILIDAD
Hoy fui a Los
Viveros. Estuve tocando, sintiendo, la palabra del Libro de Jeremías sobre la
renovación de su vocación de profeta 15:10-21 “...Y si sacas lo precioso de lo
vil serás como mi Boca.” Estoy tocando la hierba y SIENTO cómo de la “vil”
tierra brota la hierba, de lo vil de la hierba sale el oxígeno
y de viles explosiones en el sol a 150 millones de km. de mí, viene la energía
que hace que de la hierba salga el oxígeno que se hace una sola cosa con mis
pulmones y me sostiene vivo. Todo esto estaba sintiendo en mi cuerpo cuando me
doy cuenta de que de mis viles ojos estaban saliendo unas
preciosas lágrimas. Enfocar y facilitar el EB-E es “SACAR LO PRECIOSO DE
LO VIL”.
Hoy he captado el
EB-E como una MISIÓN en mi vida. He decidido ir a lo vil que
está en mis libretas de autoanálisis y permitir que de allí venga lo precioso.
Serás como “una muralla de bronce inexpugnable”, promete la Biblia. Esto es
como una respuesta a mi sensación-sentida explicitada como VULNERABILIDAD.
¡TODO VIENE
DE ABAJO HACIA ARRIBA! Lo precioso viene de lo vil. Tal vez ese “arriba” y ese
“abajo” ni siquiera existan en realidad. Pareciera mas bien que todo viene
desde adentro.
***
79) SEPT. 96: ENFOCANDO CON ASUNCIÓN
QUE TIENE CÁNCER
Hace unos días la
operaron de cáncer en el Instituto Nacional de Cancerología. La visito allí.
Está casi irreconocible. Entre otras complicaciones le seccionaron un uréter al
tratar de disecar el tumor invasivo y la tuvieron que reintervenir. Salgo pensando
que está por llegarle el fin.
Con temor le llamo
por teléfono una vez que ha sido dada de alta (para morir en su casa, me digo).
Le pregunto si hay algo en su vida que sienta como atorado, doloroso,
irresuelto… Me cuenta lo que parece ser la historia de su cáncer. Recuerda
vívidamente la muerte de cada una de dos personas queridas que para ella
fueron amigos verdaderos. El vínculo con cada uno de ellos había
sido muy cercano y auténtico, su muerte, dolorosísima para ella y sin nadie que
le ayudara a procesarlas. Acoge, con mi propuestas, sus sentimientos de dolor y
el de no comprender nada. El cambio sentido al final de su enfoque ha
sido muy claro para ella y también para mí.
Llamo unos días
después y me dicen que no está porque por primera vez desde que salió del
hospital, ¡se fue a la tienda por leche, caminando! (5-VI-99) Ayer me
llamó diciéndome que está muy bien).
Hace unos días me
volvió a hablar, sigue felizmente trabajando: 3 VI 2004.
Al preguntarle
tiempo después si sentía que había sido de utilidad aquél ejercicio que hicimos
me dijo que en esos momentos comenzó su curación.
¿Qué se puede
agregar?
***
80) 2-IX-96: EL GATO EN MI ESPALDA QUE ME INVITA A
HACER UNA PAUSA MENTAL
Ayer estuvimos comiendo en casa de una de mis hermanas. Fue invitada mi
suegra y en el curso de la reunión sentí muy intensamente su agresión y mi
enojo contra ella también. Al despertar el día siguiente estaba muy perturbado,
fui a los Viveros tratando de atender mis sentimientos lastimados pero como que
no pasó nada.
Por la noche me puse a escuchar un casete de Enfoque. Todo lo que
escuchaba lo conectaba con Yolanda: "Ella debería escuchar esto, se lo voy
a grabar y llevar", seguí escuchando el casete y mi cabeza me decía
"cómo le serviría saber esto…" Reciclando mi enojo contra ella me
sentía cada vez peor, hasta que me di cuenta de que mi tiempo, mis
pensamientos, mis sentimientos estaban dando vueltas alrededor de ella.
Desconecté la cinta sonora y me puse a enfocar el cómo
llevaba todo eso. Se acentuó la sensación de sentirme rechazado y herido, así
como de mi rechazo y agresión de mi parte para ella. Me quedé allí esperando
que se formara la sensación-sentida de todo ello y viene la palabra
ABRUMADO-SOBRECARGADO. Acompaño el lugar donde se siente esto y viene la imagen
de un gato negro sobre mis hombros que se sujeta con sus uñas a mi ropa y a mi
piel al estar yo moviéndome con mucha ansiedad. Después de algún tiempo me doy
cuenta que al RESONAR el asunto físicamente sentido con la imagen sucede algo:
Mientras más ansioso estoy por el enganchamiento con mi suegra más se agarra el
gato a mi espalda, maullando angustiado. Entonces viene una palabra: “¡PARA!”
Poco a poco voy deteniendo mi 'marcha' mientras, el gato se va tranquilizando
¡y se duerme sobre mis hombros! Vuelve -al sentirme herido con desasosiego- a
encajarme el gato sus uñas y a maullar aterrorizado mientras me muevo ansiosamente.
La indicación ha sido clara. Tengo que parar y atender mi actitud de ansiedad
desencadenada por el recuerdo, las palabras y todo lo que está detrás de ello y
dejar que se forme la sensación-sentida de la totalidad de mi relación con mi
suegra.
Esto desencadena toda una concientización de mi relación con ella. Mi
actitud hacia ella y mi herida vienen de haber estado tratando toda la vida de
cambiarla, de CONVERTIRLA (siendo ella teóloga). Esto ha sido como cargar no un
gato asustado, sino ¡una montaña sobre mis hombros!
Para el domingo siguiente mi suegra nos invitó a comer a su casa. Yo
estaba expectante de cómo íbamos a comportarnos ambos después del conflicto que
habíamos tenido el domingo anterior. Estando en su casa, viendo el mapa del
lugar a donde ella iba a llevar a unas señoras alumnas suyas dentro de poco,
ella pasa por el pasillo y sin pensarlo, le pregunto algo acerca del itinerario
que seguirá en su viaje, ¡en ese preciso momento la piel se me puso chinita!
Ella se detuvo y ante el mapa me comenta y explica muchas cosas en un clima de
cordialidad. Mientras yo me dejo “tocar” por esa experiencia me estoy
dando cuenta de mi inesperado e impensado ¡cambio de actitud hacia
ella!
Entonces viene la imagen de mi gatito dormido felizmente sobre mis
hombros. ¡No lo puedo creer! Pero ya mi cuerpo sabe que no se trata de
explicarme las cosas sino de sentir lo que estoy sintiendo: “¡Sólo siéntelo,
Juan; sólo siéntelo!”, mi cuerpo me dice. Alegría y gratitud se hacen una sola
cosa en mi cuerpo. Desde entonces mi tarea de tratar de
“convertirla” ha estado desvaneciéndose dentro de mí. Qué liberación no
tener que convertirla a ella, ¡ni a nadie!
***
101).-13-X-96: ¿ENFOCANDO-DORMIDO?,
¿SOÑANDO-DESPIERTO?
Despierto con
una sensación-sentida y me vuelvo a dormir acompañándola: Sueño una iglesia muy
grande, llena de gente. Entro por una plataforma y un scout habla
de alguien que iba a ir en una carroza. Entiendo que es la misa de difuntos de un
niño. Relata que el niño amaba la carroza que lo conduciría a la Felicidad.
Eran una delicia las cosas que decía. Hay como una bolsa o calcetín que late en
una esquina del templote, creo que es un pollito. Luego paso adelante, llevo un
bulto grande, me siento en un lugar, escucho a una señora que continúa diciendo
las cosas más bellas de aquél niñito.
Despierto.
Invito a mi hijo pequeño a ir a los viveros. Él me dice: yo también iba a
invitarte, pero no sabía si a los viveros o a ver las nubes y el cielo.
Así continuaban en la realidad de afuera las delicias de aquél sueño.
***
103) 22-X-96: ACOMPAÑANDO AMOROSAMENTE AL ADOLESCENTE EN MÍ
Durante una
dinámica del curso “Sanando las ocho etapas de la vida”, veo mi fotografía de
la cartilla militar. Siento en mi pecho una ternura como nunca hacia ese
adolescente. Lo veo tan necesitado de afecto, tan inseguro, tan vulnerable, tan
falto de afirmación y de cariño y con la autoestima en su mínima expresión. Lo
amo con lágrimas acercándome a él con toda la delicadeza, aceptación y ternura
de que soy capaz. Con un amor total, como si yo me hubiera convertido en el
amor mismo para él.
Este fue mi regalo
para él en esta etapa de mi vida. También hubo un cuestionamiento para Jesús
¿Dónde estabas entonces? La contestación era: “allí, uno contigo; lo que te
pasaba a ti también me pasaba a mí”, pero yo me resistía a creérselo. Luego
pedí esa fe que pudiera aceptar esa realidad. Viene la CERTEZA de que era
IMPOSIBLE QUE ÉL NO ESTUVIERA AHÍ. Sigo acompañándolo y concluyo que
ya fuera que estuviera o no Jesús, mi amor para ese adolescente sí estaba en
esos precisos momentos, porque lo podía amar a través del tiempo y el espacio,
desde un lugar sin tiempo ni espacio...
***
104) X 96: UN ENCUENTRO AMOROSO CON EL MIEDO DE MI ADOLESCENCIA
Hoy en los Viveros,
planeando ver la esplendidez de la salida del sol, llego al espacio abierto y
me pongo a caminar por él con los ojos cerrados. Lo disfruto, ME DISFRUTO
dentro de mi cuerpo. Nos disfrutamos mutuamente sintiéndonos una sola cosa.
Siento claramente el lugar donde debo detenerme. Me quedo ahí, le ofrezco a mi
cuerpo todo ese paisaje. Aparece una palabra y una sensación en mi vientre con
una imagen como de unas raíces que me rodean y que casi me asfixian. Imposible
que me les pueda soltar; se llaman “mi miedo”. Agarrándoseme, me dicen “¡no te
vayas!” Viene mucho dolor, lágrimas y finalmente una sensación como si de mí
salieran otras raíces que abrazan a su vez ese miedo hecho raíces obscuras que
desesperadamente me piden que las salve. Yo les digo que eso es lo que voy a
hacer, salvar a ese miedo, que cuente conmigo, que nunca lo abandonaré, que él
es importante para mí, que jamás lo dejaré. Veo cómo a unos cuantos pasos,
pasan los corredores pero no me importa, vuelvo a cerrar los ojos y todo fluye
por dentro. LA ALEGRÍA DE MI ENCUENTRO CON MI PROPIO MIEDO ES INMENSA.
Al regresa a
casa y estarme bañando siento que algo está cambiando en mí, soy gentil con mi
cuerpo, lo respeto y lo amo. Veo que eso no se traduce en ingresos económicos,
viene de nuevo el miedo, solo que ahora al tocarme lo toco a él, lo acompaño y
le ofrezco todo mi cuerpo para su libre expresión. Lo quiero tocar tocándome,
acoger acogiéndome, amar amándome, respetar respetándome, acompañar
acompañándome. Entonces viene ¿es esto cierto? o solo una nueva manera de
ver mi derrota completa. ¿Hay salvación para mí, hay esperanza?, ¿todo es solo
ilusión? ¿Tendrán respuesta estas preguntas? ¿Tendrán sentido? Sea lo que sea
¿quién podrá separar mi mirada amorosa de ese adolescente confundido, temeroso,
olvidado?
Con todo ello
viene: ¡Nadie ni nada podrá impedir, Juanito adolescente, que te ame!
***
106) 29-X-96: CÓMO LLEVA MI CUERPO MIS ASUNTOS
INCONCLUSOS
Voy caminando al
consultorio con un asunto difícil e irresuelto, sentido como una pesada carga.
Le pregunto a mi cuerpo ¿cómo llevas tú todo esto? Unos pasos
adelante él me responde: “ASI”. Cualquiera diría que no hubo respuesta alguna,
pero desde el proceso del Enfoque uno sabe que es una respuesta muy clara,
precisa, contundente.
Me quedo resonando
esta expresión con la sensación-sentida. Entonces me doy cuenta que mi cuerpo
de alguna manera ha llevado implícitamente todo esto y que lo ha hecho de una
manera tan sobria, tan respetuosa, tan humilde que me deja profundamente conmovido.
Él ha llevado
todo esto sin destruirme, sin disolverme, sin estar hecho pedazos. Es mi mente
la que catastrofiza lo que de una manera tan LEAL, tan SABIA, TAN SOBRIA, SIN
RECLAMOS, SIN DRAMAS, mi cuerpo carga. Y no solamente lleva lo que estoy viviendo
ahora sino mi vida completa y mi historia ancestral. Todo, así como está en mi
cuerpo, así él lo lleva. Qué gratitud tan grande sentí
hacia este cuerpo mío que me ha sido dado como don, como regalo.
Al estar con esto
viene para mí con un profundo significado, esta antes incomprensible
palabra: “…Pero me formaste un cuerpo…” Hb 10,5.
***
¿DETENIENDO UN POTENCIAL PROCESO OBSESIVO-COMPULSIVO?
58) ¿Puede un niño de seis años
convertirse en Héroe para su sentimiento?
26-V-96: Es la primera vez que acompaño a mi hijo
menor a enfocar:
Llego del trabajo con apetito, entro a la cocina,
saludo a mi esposa y me dice que ya casi está la comida, que le diga a Andy que
se lave las manos para que nos vayamos a comer. Lo encuentro en la TV y le doy
el recado de su mamá. “Espérame -dice- tengo que ver esto”. Está bien, le digo,
pero ya va a ser hora de comer. Entonces me pide: “Ve esto”. Regresa el video y
me pone la escena de una mujer platicando con un niño que está al lado de su
cama. Bueno, le digo, ya lo vi, prepárate para ir a comer. “¡No papá -me dice-
vela otra vez! regresa la escena y me dice que la vea. Le repito que ya la
vi... Entonces me dice "Es Sebastián (el héroe de la película La Historia
Sin Fin) su mamá se va morir y se está despidiendo de ella”.
Entonces es que lo escucho verdaderamente y le
digo: a ver Andy, qué es lo que sientes al ver la despedida. No me contesta, no
sabe al parecer, qué o cómo decírmelo. Entonces yo le trato de ayudar: ¿sientes
miedo? (pienso que a lo mejor siente miedo de que su mamá se muera) él me
contesta muy enfáticamente: "No, yo no siento miedo". Entonces le
digo ¿es dolor? Pensando como adulto, en dolor emocional por la inminente
pérdida del héroe de la película de su mamá, y me repite con la misma
seguridad: "No, no siento dolor". Intrigado, le vuelvo a preguntar.
Entonces qué sientes. Pasan unos segundos y me contesta: “¡Pues tristeza!” Ah
sí, ¡tristeza! entonces le digo y ¿Dónde se siente que está esa tristeza?
"Pues aquí”, tocándose con toda la palma de su manita el lado derecho de
su cabeza. Entonces le digo, oye Andy, ¿podrías acompañar esa tristeza donde
ella está? Tal vez puedas poner tu mano ahí unos momentos y decirle que si te
deja acompañarla. Se queda unos instantes allí, viene una leve sonrisa y me
dice “Ya. Vamos a comer papá”. Yo admirado le comento a mi esposa más tarde lo
sucedido, entonces ella me dice: desde que veníamos de regreso de la escuela me
decía que le sacara esa película, cuando llegamos me dijo varias veces que lo
acompañara a ver esa escena y lo hice, luego llegó su hermana de la universidad
y le dijo e hizo lo mismo... Y luego llegaste tú...
Yo me quedé más admirado aún. Al día siguiente
quise saber qué había pasado, así que le pregunté: Oye Andy, ¿te acuerdas de lo
que sentiste ayer al ver la escena cuando
estaba Sebastián despidiéndose de su mamá? De inmediato él me
contesta: “¡Pues tristeza!” Entonces le pregunto, y dónde la sentías, “aquí”,
me contesta, señalándose el mismo sitio, ahora apuntándolo con un solo dedo.
Casi sin poder creerlo y por último, le digo ¿Y qué hiciste con ella? “Pues la
salvé”. Y se va...
Desde entonces ya no tuvo nunca que ponerse a ver
esa escena. Necesitaba el contacto con alguien que le ayudara a procesar la
tristeza que sentía por su amigo y héroe de la película..., o ¿tal vez también
algo de su propia historia? ...
______________
111) 10-XI-96:
"ESO ES UN FOCUSING"
Escucho en el baño
mientras me rasuro un casete de mi curso inicial de Enfoque Bio-Espiritual.
Entra mi hijo (de entonces seis años y quien ya había tenido algunas
experiencias de Enfoque) y escucha que se trata de estar en una relación como
de casado con su propio cuerpo y me dice: “Eso es un focusing”. Yo
muy sorprendido y admirado digo ¿¡Qué!? Él me lo repite más enfáticamente
aún: “Eso es un focusing” Sí, le digo, pero, ¿cómo sabes que
están hablando de Focusing? Entonces él me responde con absoluto
convencimiento: “Pues porque dice que es estar casado con su cuerpo”.
Su, para mí
admirable respuesta, me dejó sin palabras.
Desde entonces he
reflexionado que si un niño experimenta el Enfoque como una conexión
indisoluble con su cuerpo está listo para experimentar esa misma relación con
todo y con todos.
(Mis
acompañamientos de niños a enfocar me ha permitido
constatarlo: 11, IX, 2022.)
________
116) XI 96: ENFOCANDO SI "IR O NO A QUERÉTARO".
Un día antes había
recibido, por escrito, la invitación de la directora del centro donde había
recibido otros niveles de profundización en el Enfoque. Era para ir, ahora como
facilitador, al cuarto curso de Enfoque Bio-Espiritual de los PP. McMahon y Campbell
en México que sería, como al que asistí yo hacía un año, en un lugar de retiros
en Querétaro. Recibir esa invitación es lo más grandioso que me ha podido
suceder después de tomar cursos de varios niveles y pasar las pruebas básicas
como facilitador de Enfoque Bio-Espiritual. Sin embargo algo
me dice que eso es demasiado para mí. Que no tengo ni la preparación ni la
experiencia ni los conocimientos para fungir como tal.
Despierto con dolor de cabeza y con un intenso zumbido. Entro a
ducharme. Me veo al espejo. Estoy triste, deprimido, desencajado. Me vienen
recuerdos acerca de la Presencia acogedora de los PP. McMahon y Campbell. Me
doy un saludo y una palabra de aliento mientras acaricio mi rostro. Al estar
con cómo se siente todo ello viene: “No mereces ir a Querétaro.” lo resueno con
como me veo al espejo y me digo, "Sí, exactamente así me
siento ahora". El mensaje continúa desenvolviéndose: “los que van a
tomar el curso tampoco merecen ir ... ni el equipo del COSC... ni ME (la
directora), ni Pete, ni Ed merecen ir”. Me quedo acompañando esto. Lo siento
muy inquietante, intrigante, sin explicación alguna. Permanezco conectado con
mi sensación-sentida de todo ello, esperando por si viene algo más que no sé
que pueda ser. “Tampoco Gendlin merece ir". Para entonces ya no entendía
absolutamente nada de lo que estaba pasando. Entonces vino: ...para cada uno ir
a Querétaro es un regalo personal: para Ed, para Pete, para M.E., para ti y
para todos. Experimento reducción de la intensidad del dolor y no siento molesto
el zumbido de la cabeza. Siento mucho agradecimiento. Ha venido desde dentro de
mí una impensable respuesta, de la cual no puedo tener duda alguna. Salgo del
baño transformado, le comparto a mi esposa lo sucedido (ella estaba al tanto de
mi indecisión). Entonces ella, viéndome a los ojos me dice: “Ya estás
listo para ir a Querétaro.”
***
122).-2 XI 96: “…
Y, SI SACAS LO PRECIOSO DE LO VIL…” SE ME ACTUALIZA EL MENSAJE DE JEREMÍAS
Estoy viviendo como facilitador de Enfoque
Bio-Espiritual, la experiencia más grandiosa de mi vida. El estar acompañando a
personas que cargan dolores insufribles y palpando el cambio en sus vidas me
llena de agradecimiento por la experiencia que estoy viviendo (un hombre que
perdió a su hija en el terremoto del 85, una mujer a quien su hija le acaba de
decir que es lesbiana, otra señora con enfermedad de Parkinson, un hombre
–psicoterapeuta- cuyo padre está muriendo invadido por cáncer…).
Hacia el final del curso, antes que nadie se haya levantado, salgo de mi
habitación y me siento en la hierba empapada de rocío y me pongo a enfocar sobre
algo que he estado constatando en cada una de las personas que han enfocado sus
asuntos problemáticos personales: su cambio a medida que los van tocando y
resolviendo. Siento un impulso, tengo que ponerme en marcha yendo fuera de las
instalaciones del retiro. Caminando por una vereda veo a mi izquierda un cerdo
joven, muy “corriente” (con los pelos parados, las orejas levantadas, todo
enlodado), trompeado algo. Escucho un tronido de algo que ha masticado. Me da
curiosidad y detengo mi marcha. Me quedo viendo lo que está haciendo: buscando
algo en la materia fecal. Me acerco y distingo allí un granito
de maíz que el animal en seguida y entre todo lo demás, detecta, tritura y
deglute… entonces viene la palabra del libro de Jeremías “…. Y si sacas lo
precioso de lo vil, serás como mi Boca”. Me quedo allí estremecido por la
precisión del símbolo que me ha sido regalado.
Las ocho personas
que conforman el pequeño grupo del que soy facilitador en el curso de Enfoque
Bio-espiritual (en Querétaro), están siendo transformadas, encontrando vida
nueva al enfocar.
***
ACOMPAÑANDO
A JUAN ADOLESCENTE
Miércoles de madrugada en el curso de Enfoque Bio-espiritual:
Siento una actitud
de admiración. Estoy de rodillas llevando los brazos al cielo, luego me tiendo
en el pasto húmedo de espalda mirando al cielo lleno de estrellas. Vienen
recuerdos: la estampita del niño viendo su estrella que le regalé a mi primera
novia; de cómo yo veía y veía aquella estrella y sus bellísimos destellos junto
a la Cruz del Sur desde mi ventana en Morelia. Luego me llega el recuerdo del
momento que decido estudiar medicina. Veo mi rostro de adolescente de 16 años
tomando esa decisión. Sigue el llegar desolado al D.F. para estudiar la carrera
lejos de la familia, de Dios, de mí mismo viviendo un infierno interior. Al
acompañar esto viene la imagen de un DESIERTO, y de allí, de una manera sentida,
viene que la promesa de la posesión de la Tierra Prometida es poseer mi
propio cuerpo con sus sentimientos.
___________
164) MI PEQUEÑO GRUPO ME DA UNA ENORME LECCIÓN DE ENFOQUE
En el curso de Enfoque Bio-Espiritual con Frank Firmat, yo soy el Facilitador de
un pequeño grupo. Hacia el final, mi grupo me pidió que yo enfocara mientras
uno de ellos me acompañaba.
Traigo encima el
enojo, la frustración por haber sido mi grupo desplazado hacia atrás del salón
por las 'maniobras' de X persona y el apoyo de F. F. hacia él. Al enfocar esto
viene una imagen: es un caballo negro bañado en sudor al que el insensible
jinete fustiga haciéndolo correr a su máximo esfuerzo. Yo siento una enorme
compasión por el animal. Estoy con todo esto y se lo refiero a quien me
acompaña. Pasa el tiempo, no viene nada más y le digo a mi acompañante
sintiendo que el grupo está inquieto por mi silencio prolongado: “Estoy
tratando de procesar todo esto”. Ellos hacen un intercambio de ideas y
finalmente mi facilitador me “refleja”: “Estoy sintiendo todo
esto”. En ese momento me cae el 20. Se trata de sólo sentir ¡no
de ponerme a procesar! Entonces hay un maravilloso cambio sentido después de
ese bloqueo en aquello tan doloroso. Experimento la sabiduría de mi grupo de
alumnos al llevarme más allá de mi preocupación (mental) por ellos y por mi
propio proceso. La enseñanza que recibí fue que la sabiduría de quien me
acompañe al enfocar es digna de ser tomada en cuenta y que
debo dejarme conducir por el proceso que todo ello desencadene en mí.
Al final de mi
ejercicio de enfoque, el caballo, exhausto (yo mismo) estaba siendo acogido por
cuantos me rodeaban.
***
DIALOGANDO
171).-12-VI-97: "INTERCAMBIO" CON UNA SABIDURÍA ESENCIAL. LLENAR EXPECTATIVAS
AJENAS, MI PROBLEMA BÁSICO
Estoy tratando de llenar las expectativas de alguien y viene: ¡Eso ha
sido mi vida entera!: Llenar las expectativas de todo mundo, y cuando no lo
logro me deprimo o me alejo. Luego, estoy lavando unos trastes. Hay un
dialogo dentro de mí, yo simplemente estoy presente a esto: “¿cuáles son las
expectativas Tuyas para mí?” -“Yo no tengo ninguna expectativa para ti, Juan.
No te DI el ser, para pedirte nada. Yo ya SOY. No necesito nada. Te participé
de lo que Soy, por ti, no por mí. A mí no me hace falta nada”. -Entonces, ¿no
tengo que llenar las expectativas de Jesús hacia mí? -“Jesús no fue a decirte
de ninguna expectativa. Él fue a revelarte que yo te regalé el Ser, tu ser tal
y como eres”. -Entonces ¿no tengo que ser como él? –“No, él ya ES, no
necesita nada tuyo. Él no te pide nada tampoco. SIENTE esto, DEJA QUE TU CUERPO
LO SIENTA. Nada más”.
Como resonaba en mi pecho todo este diálogo, no es posible describirlo
en palabras.
***
174).- 24-VI-97: UNA MADRE EPILÉPTICA CUYO HIJO CAE DE LA CAMA
Hace un rato vi a Aarón G. de ocho meses de edad.
Se había caído de
la cama mientras su mamá se quedó dormida tras haber tomado sus
anticonvulsivantes (ella es epiléptica a causa de cisticercosis cerebral). El
bebé no dejaba de llorar y su madre me pide que lo revise. Los cito y a media
cuadra del consultorio yo ya escuchaba su agudo llanto, el cual no cesa durante
todo el interrogatorio y la exploración física. Lo encuentro bien
neurológicamente. Ella no se veía nada bien a pesar de las buenas noticias que
le había dado. Le pregunto: ¿Hay algo de todo esto que sienta que es lo que más
le impide sentirse bien? “Sí”, me contesta. ¿Podría atender el cómo se siete
eso ahora? Empieza a sollozar. “… es como asfixia”, me dice tocándose el
cuello. Vea si puede encontrar un lugar desde el cual darse cuenta cómo lleva
su cuerpo esta sensación de asfixia. Ella llora y camina mientras carga a su
bebé que no puede apaciguarse. Le sugiero que vea si así como está abrazando a
su bebé puede también abrazar esa sensación de asfixia. Lo hace y el bebé se
aquieta instantáneamente. Ella cierra sus ojos y ve una luz muy brillante,
hermosa y grande y otras pequeñas. Su rostro comienza a transformársele y el
niño se queda dormido apaciblemente en sus brazos. Entonces puede sentarse,
cerrar los ojos y permanecer ahí unos momentos. “Todo está cambiando”, me dice,
“me siento mucho mejor.” Le sugiero que si aún hay algo inconcluso allí vea si
está bien comprometerse a seguirlo atendiendo. Termina con el Paso 6 del
Enfoque B-E, y su cara es otra. Hay un destello de vida nueva en ella. El bebé
despierta, feliz. Ella me comenta que en mi voz había sentido calidez y
cercanía y que eso le había ayudado mucho a acompañar su sensación de asfixia.
Llegando a su casa me habla por teléfono y me dice que yo no solo era el
pediatra de su hijo sino que me sentía como un amigo. Esto me dio mucho gusto
al tiempo que me confirmaba como acompañante del Enfoque Bio-espiritual.
Al salir del
consultorio, con humor me digo: 'es la primera vez que acompaño a una persona
mientras pasea a su bebé dando de gritos y ella tratando de consolarlo'.
***
178) UN SÍMBOLO
Viene que un símbolo es algo que viene del proceso del Enfoque y que
siempre te conectará con la realidad de estar muriendo y también con la
realidad de estar re-suscitando. El símbolo es algo que se da
al estar uno presente para una sensación-sentida, la cual que ha tenido que
formarse como tal. De tal interconexión surge el llevar adelante un asunto
importante para mí. Es la sabiduría misma de mi cuerpo, acumulada por millones
de años que espera pacientemente que yo la escuche permaneciendo a sus pies de
manera contemplativa. Y todo ello en mi propio cuerpo para que no tenga
dudas de si será cierto o no.
***
181).-30-VII-97: TOCANDO MI PROPIA MUERTE
Voy caminando al consultorio, cargando agobio, desesperanza, desilusión,
fracaso (deprimido). Al pasar bajo el entarimado del edificio en construcción
vienen las palabras: “Todo esto se siente como estar muriendo”. Estas palabras
símbolo han ajustado a la perfección con mi sensación-sentida y el
Cambio-Sentido es instantáneo, lo siento por todo mi cuerpo. Se siente haber
tocado mi propia muerte, haber tenido acceso a ella pasando a través de los significados
en mi mente acerca de ella de horror, miedo, disolución, extinción…, que todo
ello ha formando la sensación-sentida haciéndoseme accesible a mi
experiencia. Para mi cuerpo la experiencia de estar muriendo re-suscitando ¡es
lo más natural! que acojo sin disolverme, sin aterrorizarme. Y aquí estoy,
más integrado que antes de contactar sentidamente con ella. En cambio para
mi mente el estar muriendo era una sensación abrumadora de la
cual yo estaba tratando de huir como de una ponzoña envenenada.
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187).- 2-IX-97: "NO TE RETIRES JUAN..."
Me veo en el espejo, acompaño el cómo se siente mi aspecto y viene una
sensación en el estómago. Veo mis ojos y me digo ¿puedes amar esta piel ajada?,
¿su color moreno?, ¿esos ojos tristes? y la respuesta es “Sí”. Salgo de casa y
sigo acompañando mi S-S. En el cuello, hay dolor, ahogo. Voy acogiendo el no
haberme podido amar más -pero no como culpa o irresponsabilidad sino como a lo
más que he podido llegar, aceptando, acogiendo, acompañando y amando, hasta el
límite de mi afectividad- a ese que soy yo mismo. Surgieron las palabras: dar
la vida por alguien es el amor más grande. Pasan horas y vuelvo a contactarlo,
aquí está este dolor en mi garganta, que me pide a gritos ahogados que me
acerque a él, que lo toque, que lo acompañe sin quererlo cambiar, que lo
sienta, que lo sostenga, que lo proteja, que lo cuide, que lo defienda ¡de mí
mismo!, que nunca más lo traicione, lo olvide, lo maldiga, lo ignore, lo
invalide, lo racionalice. Esto quizá sea simplemente estar viviendo. Camino por
la calle con esto y las lágrimas casi se me salen. Volteo al cielo y se me van
para adentro (las lágrimas) como si me limpiaran por dentro, viene una
sensación de alivio.
La dirección de mi dolor tenía un claro objetivo, su resolución. Era el
precio de mi rescate. Conectarme con esto es conectarme con Dios. Dios y mi
historia, mi fisiología, mi anatomía, mi bioquímica no son dos cosas distintas,
son exactamente una y lo mismo. Viene un recuerdo: LFM me besa tierna
y apasionadamente mientras yo lo hago tímidamente: “No
te retires Juan... no te retires”. Así me dice esa Realidad que es
Dios cuando me acerco a ella. La siento gemir, llorar, clamar: “…no te retires
Juan…”
***
192).-
6-X-97: NOS CONECTAMOS UNA ABEJA Y YO ¿EN UN SOLO Y MISMO SENTIMIENTO?
Hace
dos días la vi en la sala; voló y se me ocultó. Ayer al verla volar tomé un folder y
traté de llevarla desde el lugar donde estaba, hacia la ventana. Voy al rincón
en donde se encuentra ahora, se voltea poniéndose directamente ante a mí, me
siento amenazado por ella y surge miedo en mí, de que me pique y de que a ella,
encajarme su aguijón le cueste la vida y dejo de tratar de conducirla. En ese
mismo instante vuela en línea directa hacia la ventana y sale velozmente por
ella. Yo me quedo atónito viendo lo que ha hecho.
Al
percibir mi miedo se dio cuenta que podía picarme, que me dolería pero que ella
moriría. Yo estoy seguro que ella percibió todo esto. Al contactar mi miedo,
éste me liberó de la abeja, y a ella la liberó de mí. Muchas cosas EN JUEGO se
RESOLVIERON a través de lo que pasó: No "tuve" que echarle Baygon, ni
tratar de echarla fuera; ella no "tuvo" que picarme, ni que buscar la
salida, en cambio la sensación de estar conectado con ella en un sentimiento
común (empatía) fue impresionante dentro de mí. El CAMBIO SENTIDO de liberación
cuando ella salió por la ventana fue bellísimo. ¡Ella sabía perfectamente cómo
salir, conocía la salida! Así que no tuve que ser muy inteligente para darme
cuenta que si permaneció ella allí era para darme esa lección. Así lo creo, y
más que eso, así lo siento.
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196).- 11-XI-97: "TE SIENTO A CUATRO MIL KM DE DISTANCIA"
Ayer. Acompañando a JLR. Me critica mi acompañamiento casi en todo.
Luego enfoco yo y él me acompaña: me siento deprimido, cansado, estaba
encorvado, triste. Viene una sensación en mi estómago y de allí la imagen de
estar ante un caballero medieval con su coraza, pechera, escudo que lo protege
y aísla de afuera. Luego todo queda en un cofre conteniendo algo valioso pero
yo no la podía abrir. Se lo describo y me dice: “pregúntate si estaría bien
terminar el ejercicio por ahora”. Me quedo con estas palabras y viene dentro de
mí “Te siento como a cuatro mil km. de distancia”. Me sonrío y le digo que
quiero continuar enfocando. Hay un tono muy oscuro y
lentamente aparece cierta claridad muy tenue y luego empiezan a caer como gotas
del metal fundido de la armadura, lo que me da esperanza. Al final estoy
erguido y respirando profundamente. El cambio sentido era muy claro pero yo no
me permitía aceptarlo, pensando que no era real. Termino mi ejercicio de
enfoque prometiendo acompañar esto.
Al despertar el día siguiente estoy sorprendido. La luz del día era tan
clara, el sol tan radiante. El cambio sentido había permanecido en mí hasta el
día siguiente.
Después me di cuenta que aunque la propuesta de quien me acompañe a
enfocar esté lo más desenfocada posible, hay que tomarla en cuenta. Esa
indicación/propuesta me permitió darme cuenta del continuum que
el proceso del Enfoque es y que necesitaba seguir la secuencia de los pasos
corporales del cambio ya inscritos en mí, y sin tener que conflictuarme con
quien me acompañe a enfocar.
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DIALOGANDO
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58) ¿PUEDE UN NIÑO DE SEIS AÑOS SER
EL HÉROE QUE SALVA SU SENTIMIENTO DOLOROSO?
26-V-96:
Es la primera vez que acompaño a mi hijo menor a enfocar:
Llego
del trabajo con apetito, entro a la cocina, saludo a mi esposa y me dice que ya
casi está la comida, que le diga a Andy que se lave las manos para que nos
vayamos a comer. Lo encuentro en la TV y le doy el recado de su mamá. “Espérame
-dice- tengo que ver esto”. Está bien, le digo, pero ya va a ser hora de comer.
Entonces me pide: “Ve esto”. Regresa el video y me pone la escena de una mujer
platicando con un niño que está al lado de su cama. Bueno, le digo, ya lo vi,
prepárate para ir a comer. “¡No papá -me dice- vela otra vez! regresa la escena
y me dice que la vea. Le repito que ya la vi... Entonces me dice "Es
Sebastián (el héroe de la película La Historia Sin Fin) su mamá se va morir y
se está despidiendo de ella”.
Entonces es que lo escucho verdaderamente y le digo: a ver Andy, qué es lo que
sientes al ver la despedida. No me contesta, no sabe al parecer, qué o cómo
decírmelo. Entonces yo le trato de ayudar: ¿sientes miedo? (pienso que a lo
mejor siente miedo de que su mamá se muera) él me contesta muy enfáticamente:
"No, yo no siento miedo". Entonces le digo ¿es dolor? Pensando como
adulto, en dolor emocional por la inminente pérdida del héroe de la película de
su mamá, y me repite con la misma seguridad: "No, no siento dolor".
Intrigado, le vuelvo a preguntar. Entonces qué sientes. Pasan unos segundos y
me contesta: “¡Pues tristeza!” Ah sí, ¡tristeza! entonces le digo y
¿Dónde se siente que está esa tristeza? "Pues aquí”, tocándose con
toda la palma de su manita el lado derecho de su cabeza. Entonces le digo, oye
Andy, ¿podrías acompañar esa tristeza donde ella está? Tal vez puedas poner tu
mano ahí unos momentos y decirle que si te deja acompañarla. Se queda unos
instantes allí, viene una leve sonrisa y me dice “Ya. Vamos a comer papá”. Yo
admirado le comento a mi esposa más tarde lo sucedido, entonces ella me dice:
desde que veníamos de regreso de la escuela me decía que le sacara esa
película, cuando llegamos me dijo varias veces que lo acompañara a ver esa
escena y lo hice, luego llegó su hermana de la universidad y le dijo e hizo lo
mismo... Y luego llegaste tú...
Yo me quedé más admirado aún. Al día siguiente quise saber qué había pasado,
así que le pregunté: Oye Andy, ¿te acuerdas de lo que sentiste ayer al ver la
escena cuando estaba Sebastián despidiéndose de su mamá? De inmediato
él me contesta: “¡Pues tristeza!” Entonces le pregunto, y dónde la sentías,
“aquí”, me contesta, señalándose el mismo sitio, ahora apuntándolo con un solo
dedo. Casi sin poder creerlo y por último, le digo ¿Y qué hiciste con ella?
“Pues la salvé”. Y se va...
Desde entonces ya no tuvo nunca que ponerse a ver
esa escena. Necesitaba el contacto con alguien que le ayudara a procesar la
tristeza que sentía por su amigo y héroe de la película..., o ¿tal vez también
algo de su propia historia? ...